El escándalo desatado por Elon Musk y Donald Trump sobre el financiamiento de la Usaid a periodistas y medios de comunicación en el mundo apenas comienza.
En Venezuela son muchos los comunicadores, medios e influencers que se han dedicado a hacer una carrera como paladines de la libertad de expresión, siempre con una orientación de reforzamiento a los climas de opinión favorables a los distintos factores que integran la derecha.
Estos periodistas e influencers son sumamente visibles porque otros los replican, multiplicando sus mensajes y convirtiéndolos en referencia de temas que luego son mencionados por los voceros que atacan desde Washington al gobierno venezolano. Hablamos de una estructura que posiciona temas específicos como por ejemplo: el narcogobierno, violaciones a la libertad de expresión, vinculaciones del gobierno chavista con grupos terroristas y un extenso etcétera.
La metodología utilizada por estos periodistas, influencers y medios se conoce como la cartelización de contenidos, cada medio realiza un trabajo sobre un tema específico, que ataque al gobierno bolivariano, y el resto lo reproduce en sus plataformas de manera militante, como una especie de ejército en formación que sigue paso a paso las instrucciones de un general.
Este tipo de comportamientos sistemáticos y frecuentes en los medios nacionales e internacionales, agencias de noticias, periodistas e influencers crea ante la opinión pública una especie de consenso que tiene el objetivo específico de convencer a quienes tienen acceso a esa información de que esa es la verdad absoluta sobre el tema.
Es un verdadero laboratorio que tiene serias repercusiones entre aquellos usuarios de medios de la derecha que creen estar bien informados a través de sus contenidos.
Otra de las operaciones que estos medios ejecutan es la publicación de noticias cuyas fuentes son otros medios que forman parte de su misma acción coordinada.
Tal fue el caso de un reportaje dedicado al llamado “Cartel de los Soles” publicado por medios como El Nuevo Herald pero cuyas únicas fuentes comprobables citadas en el presunto trabajo periodístico son medios de comunicación de la derecha. La planificación de esas acciones comunicacionales hoy tienen sentido, desde EEUU la Usaid ha sido la directora de la orquesta.