El papa Francisco pidió disculpas este lunes y prometió una «investigación seria» ante los “catastróficos” abusos cometidos en las escuelas residenciales para indígenas en Canadá, durante casi un siglo.
Como parte de su gira de seis días por Canadá, el papa visitó Maskwacis, provincia de Alberta, donde está ubicada la antigua escuela residencial de Ermineskin.
Desde ahí, el papa habló de su “tristeza, indignación y vergüenza” por el papel de la Iglesia católica en el abuso de niños indígenas canadienses en escuelas residenciales.
«Perdón por la forma en que, lamentablemente, muchos cristianos apoyaron la mentalidad colonizadora de las potencias que oprimieron a los pueblos indígenas«, expresó.
Asimismo, prometió una «investigación seria» sobre lo sucedido y precisó que es necesario recordar cómo los mecanismos de asimilación y de emancipación; «fueron devastadores para los pueblos de estas tierras».
«Una parte importante de este proceso será realizar una investigación seria sobre los hechos de lo que ocurrió en el pasado; y ayudar a los sobrevivientes de las escuelas residenciales a experimentar la curación de los traumas que sufrieron», expresó el papa.
También, se disculpó por el modo en que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas «cooperaron» y fueron indiferentes.
Se prevé que para este 27 de julio, Francisco se reúna con el primer ministro, Justin Trudeau; y el viernes sostendrá un encuentro con algunos antiguos alumnos de internados.
Desde hace muchos años, los líderes indígenas habían pedido una disculpa papal por todo el daño que durante décadas afectaron a los niños de estas etnias; quienes sufrieron abusos y fueron víctimas del borrado de su cultura.
Además, el año pasado, se descubrieron cientos de tumbas sin nombre en los terrenos de antiguas escuelas residenciales en Columbia Británica y Saskatchewan.
Sumado a eso, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá informó que más de 4 mil niños indígenas murieron por negligencia o abuso en escuelas residenciales; muchas de las cuales estaban a cargo de la Iglesia católica.
“Frente a este deplorable mal, la Iglesia se arrodilla ante Dios e implora su perdón por los pecados de sus hijos (…) Pido humildemente perdón por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas”, manifestó Francisco.