Papa Francisco lanzó dura advertencia

El papa Francisco hizo un llamado en defensa del medioambiente ante la emergencia del cambio climático. A su parecer no hay “reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”.

Asimismo, aseguró que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. “Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos; así como la vivienda, las migraciones forzadas, entre otros”, agregó.

En la carta “Alaben a Dios” el pontífice reclama acciones más concretas para modificar la tendencia actual. “El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial”, dijo.

“Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes. Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos”, sentenció el papa Francisco.

En este sentido, afirmó que “no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas”.

Por lo que exigió un “cambio generalizado en el estilo de vida irresponsable ligado al modelo occidental”, ya que eso tendría “un impacto significativo a largo plazo”. “Las emisiones per cápita en EE.UU. son alrededor del doble de las de un habitante de China y cerca de 7 veces más respecto a la media de los países más pobres”, detalló.

COP28 de Dubai

Entretanto, el papa Francisco comentó que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2023 (COP28) podría dar lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente.

“Esta Convención puede ser un punto de inflexión, que muestre que todo lo que se ha hecho desde 1992 iba en serio y valió la pena, o será una gran decepción y pondrá en riesgo lo bueno que se haya podido lograr hasta ahora”, expresó el pontífice.

 


 

Milena Bravo: