Este sábado, el papa Francisco afirmó que los Gobiernos “no tienen nada que temer de la labor de evangelización de la Iglesia, porque ésta no tiene una agenda política”. Las declaraciones las brindó en un encuentro con misioneros católicos en la catedral de los Santos Pedro y Pablo de Ulán Batoren desde Mongolia.
En medio de lo que constituye el primer viaje de un pontífice a ese país, alertó este sábado acerca de los riesgos derivados de la destrucción del medioambiente y la corrupción; así como elogió la tradición de libertad religiosa de Mongolia, la cual viene desde los días de su fundador, Genghis Khan.
El sumo pontífice argentino asistió a una ceremonia oficial en la plaza Sukhbaatar, en su primer acto público desde su llegada la víspera a Ulán Bator (capital). Allí numerosos peregrinos de otros países asiáticos se reunieron para ver al líder de la Iglesia católica.
En su visita, que busca apoyar a la diminuta comunidad católica de esa nación con apenas 1.400 fieles, el obispo de Roma destacó además la rica y antigua cultura del país.
¡Que las oscuras nubes de la guerra sean barridas por el firme deseo de una fraternidad universal en la que las tensiones se resuelvan sobre la base del encuentro y el diálogo y se garanticen los derechos fundamentales de todos los hombres!, publicó el Papa Francisco en su cuenta en X la madrugada de este sábado.
Papa Francisco resalta vida en armonía con la naturaleza
El Papa reconoció a los ganaderos y agricultores de Mongolia, a los que calificó como “respetuosos con los delicados equilibrios del ecosistema” y destacó cómo viven en armonía con la naturaleza. Asimismo, aseveró que las religiones pueden “representar una salvaguardia ante la insidiosa amenaza de la corrupción, que representa un peligro grave al desarrollo de cualquier comunidad humana”.
Este domingo, el pontífice participará en una reunión interreligiosa, a la que se prevé asista también el responsable de la Iglesia ortodoxa rusa de Ulán Bator, y luego oficiará una misa en un estadio de hockey sobre hielo.
La visita a Mongolia resulta una prueba para la frágil salud del papa Francisco, quien tuvo que operarse de una hernia abdominal en junio pasado.
ÚN.