A raíz de la acción de Hamás, la Franja de Gaza, al igual que otros lugares ocupados por el gobierno de Israel, ha sido sitiada con bombardeo y muerte, con la pretensión perversa de borrar a Palestina como territorio y como pueblo.
No se trata ahora del pueblo judío sometido a campos de concentración y a campos de exterminio, sino de un Estado terrorista, tal cual se asoma Israel en manos de una banda guerrerista y sus operaciones militares sistemáticamente preparadas para causar la muerte de miles de civiles, entre ellos mujeres y niños, sobre todo niños, como sucedió en aquella crueldad militar llamada “Operación plomo fundido”, perpetrada hace unos años contra los mismos territorios palestinos y contra una flotilla humanitaria, de activistas por la paz y los derechos humanos, que se dirigía a Gaza llevando alimentos y medicinas para aliviar las necesidades de un pueblo acorralado, bloqueado y, prácticamente, alinderado en zona de exterminio ante muchos ojos que no quieren ver, igual como ahora.
Por ello repito: la humanidad no puede permitir que un nuevo holocausto venga a borrar a Palestina como ayer otro holocausto pretendió borrar al pueblo judío. En fin, la agresión del neonazismo actual, encaramado en la cúpula del Estado de Israel, no puede ser vista con la indiferencia cuando se trata del pueblo palestino y de sus niños masacrados con bombas o arrestados y enjaulados sin garantías de vida. ¿Acaso no es terrorismo de Estado? ¿Por qué el presidente de EEUU o el Gobierno del Reino Unido guardan silencio cuando las bombas del ejército israelí masacran a niños palestinos? ¿Por qué armar a Israel y no buscar la paz?
Ante el manejo de la información sobre estos hechos, aparece aquella interrogante: ¿Informar a la opinión, gobernarla o manipularla?
La utilización de la información para manipular o gobernar a la opinión pública se convierte en catástrofe con la guerra y con el silencio o la degradación de la información por grupos mediáticos que ejercen la presión para imponer versiones de hechos como verdaderos. Eso está sucediendo en la confrontación del gobierno Israelí contra Palestina.
Ahí está la explicación de la dificultad para informar cuando el hecho noticioso desnuda la verdad que ocultan los imperios económicos y financieros del mundo, en tanto los medios que se corresponden con esos intereses callan o mienten, tal cual como hoy sobre Palestina.
BELTRÁN HADDAD
ÚN.