La vacuna de la Universidad de Oxford contra el coronavirus tiene otro caso con uno de sus pacientes voluntarios que compromete la confianza hacia el medicamento.
Esta vez un paciente de nacionalidad española radicado en el Reino Unido ha confirmado que se inyectó la vacuna pero que está contagiado de covid-19.
La identidad del voluntario es Joan Pons y ha revelado la información a través de su cuenta en tuiter. Dijo que presenta síntomas leves, parecidos a los de un resfriado.
Su caso inquieta nuevamente a la opinión pública, ya que antes los estudios del antídoto de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca se detuvieron en par de ocasiones porque 2 pacientes desarrollaron reacciones adversas después de inyectada la vacuna.
? Perdido en mi habitación sin saber que hacer ?
Espero que la vacuna me ayude a ganar la batalla al #COVID19.
De momento me encuentro bien. ?? pic.twitter.com/0S1zkfFfiE— #HelloMyNameIsJoan ? (@RoaringNurse) October 8, 2020
¿Vacuna o placebo?
Lo que queda despejar en el caso del voluntario español es saber si los responsables de la investigación le inocularon el antídoto o un placebo; el cual es parte del protocolo de investigación.
Joan Pons dijo en su testimonio que “Hoy me he llevado un susto de muerte: ha pasado lo quee stabamos todo el mundo esperando y es que uno de mis test resultase positivo”.
El paciente de la vacuna de Oxford procedió a confinarse inmediatamente en su domicilio; un procedimiento que contraste con protocolos como en el de Venezuela, en donde los todos los casos son hospitalizados.
Adicionalmente Pons dijo que “la única manera de saber si la vacuna es eficaz es que los vacunados se infecten”; y agregó con esperanza que “ojalá que sea así, que me hayan puesto la vacuna y no placebo, eso lo dirán las próximas horas”.
Oxford vs Sputnik V
El caso de este último voluntario si bien parece un tropiezo en el desarrollo de la vacuna de Oxford, es un episodio que parece menos dramático que los anteriores; los cuales desarrollaron Mielitis Transversa, un padecimiento sobre el que no hay todavía evidencias concluyentes que se puedan atribuir al fármaco.
Mientras tanto se siguen revelando tropiezos en el desarrollo de este antídoto, la hegemonía comunicacional occidental sigue empeñada en sembrar sospechas sobre la eficacia de la vacuna rusa; la cual ha demostrado hasta ahora ser segura y efectiva que su par de Oxford y AstraZeneca.