El Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) decidió este miércoles por unanimidad mantener la medida cautelar aprobada en julio pasado, que obliga al Ejecutivo a garantizar protección a los indígenas de la covid-19.
Se trata de una medida cautelar concedida por el magistrado Luís Roberto Barroso a comienzos de julio, tras la solicitud de partidos de oposición y Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib). El mismo día, Bolsonaro vetó varios puntos del instrumento legal. Justo aquellos que establecen proporcionar agua potable, distribuir gratuitamente material de higiene y cestas de alimentos básicos.
La ratificación de la decisión obliga al Gobierno a instalar cordones sanitarios y crear una sala situacional con participación de los indígenas. Además, elaborar un plan para retirar a los invasores ilegales y garantizar acceso a la salud.
Doble pandemia
La pandemia de la covid-19 ha penetrado a lo más profundo de las comunidades originarias de la Amazonía brasileña, que están en especial estado de indefensión y extrema vulnerabilidad. Desde antes de la llegada del nuevo virus, el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro les estaba sometiendo a un genocidio sistemático por sus intereses en el agronegocio. Especialistas y defensores de derechos humanos alertan que el mandatario pretende convenientemente acabar con los habitantes de esa reserva natural para entregarla a transnacionales.
«La actuación de Gobierno es criminal. Ha sido el propio Gobierno el que los ha expuesto a esa situación precaria por no haber expulsado a los invasores ilegales de sus tierras». Así lo denunció Sarah Shenker, investigadora de Survival Internacional, a RT.
«Bolsonaro quiere robar sus tierras para la explotación de la agroindustria y de los minerales. Como sabemos, los indígenas dependen de esas tierras para sobrevivir. Robarles esas tierras supone robarles sus vidas. Antes de la pandemia, la situación ya era terrible, porque los ataques contra ellos aumentaron drásticamente desde que Bolsonaro llegó al poder. Ahora, con la situación actual, es todavía peor porque el virus puede diezmar, aniquilar, pueblos enteros», sumó Shenker.
Se protegen como pueden
Shenker también narró que «algunos que viven en sus tierras, porque no les han sido robadas, se protegen en cuarentena en la selva. El pueblo indígena Awá en Maranhao nos manda mensajes diciendo que muchas familias no están en la aldea. Pasan el tiempo cazando y acampando en la selva para evitar cualquier contacto con gente de fuera y así protegerse del virus».
«Pero no todos tienen esa posibilidad, porque si sus tierras no están intactas, no pueden hacer eso. Algunos buscan recursos públicos para poder comprar productos y hay muchas campañas de recolectas para abastecerse de guantes, mascarillas y otras cosas».
La Apib registra desde que inició la pandemia 21.646 infectados y 623 decesos indígenas. La Secretaria Especial de Salud Indígena (Sesai) maneja cifras más conservadoras con 16.840 contagios indígenas y 300 fallecidos. Con 2.859.073 de personas contagiadas y 97.256 fallecidas, Brasil es el segundo país con más casos por covid-19 a escala mundial
