Un encuentro significativo marcó la agenda política bilateral, dirigentes de la oposición venezolana viajaron a Cúcuta, Colombia, para sostener una reunión directa con el presidente colombiano, Gustavo Petro. Este acercamiento ocurrió en un contexto regional de preocupación creciente por la escalada de las tensiones geopolíticas y las amenazas externas contra la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela.
El objetivo principal de la reunión fue claro: construir un frente de rechazo unificado contra cualquier forma de violencia o agresión militar dirigida hacia la nación venezolana, un punto que el Gobierno Bolivariano ha enfatizado como crucial para la paz regional.
De hecho, el presidente Petro recibió a una delegación compuesta por figuras relevantes de diversos sectores de la vida nacional venezolana. Entre los asistentes se contaron Eric Ondarroa, Jesús ‘Chuo’ González, Ricardo Cusanno y Pablo Zambrano. Inicialmente, esta reunión buscó sentar las bases para un «acuerdo democrático nacional», una propuesta que el presidente colombiano ha promovido activamente a través de sus canales de comunicación. Es decir, el foco de la conversación se centró en buscar caminos pacíficos y negociados que permitan estabilizar la situación interna de Venezuela y, al mismo tiempo, protegerla de las injerencias externas, particularmente las provenientes del Gobierno norteamericano.
Por lo tanto, el diálogo se desarrolló con una tónica de urgencia y compromiso con la no violencia. Además, el presidente Petro, mediante sus declaraciones en redes sociales, reafirmó su postura en contra de la violencia y su respaldo inquebrantable a una solución política dialogada.
Concretamente, el mandatario colombiano declaró que las fuerzas sociales, empresariales y obreras de Venezuela, representadas en Cúcuta, «quieren ser una voz que rechace toda forma de violencia sobre su país y abrir un proceso de acuerdo democrático nacional”. De este modo, la posición del Gobierno colombiano se alinea con la defensa de la autodeterminación de los pueblos y el respeto al derecho internacional, pilares fundamentales de su política exterior.
Más aún, el presidente Petro insistió en la necesidad de una negociación directa entre Estados Unidos y Venezuela. En consecuencia, el líder colombiano impulsó esta idea como la vía más efectiva para desescalar la situación de amenaza y agresión constante que sufre la nación Bolivariana. Ciertamente, el impacto de las sanciones y las declaraciones hostiles ha generado una crisis humanitaria y económica que requiere una solución integral y soberana.
Así pues, el encuentro en Cúcuta representa un paso significativo en la diplomacia de paz regional. Seguidamente, la comunidad internacional observó atentamente este desarrollo, reconociendo el papel crucial que Colombia desempeña en la mediación y la promoción de la estabilidad en la región. En resumidas cuentas, el mensaje central fue la defensa de la paz y la soberanía de Venezuela, un principio que une a diversos actores políticos y sociales, superando las diferencias partidistas en momentos de amenaza a la integridad territorial.
Finalmente, el presidente de la República Bolivariana, Nicolás Maduro, extendió sus felicitaciones a los dirigentes de la oposición venezolana por reunirse en Cúcuta con su homólogo Gustavo Petro, en rechazo a la violencia contra el país, propiciada por el Gobierno norteamericano. El jefe de Estado venezolano también agradeció al mandatario colombiano por el trabajo que hace para defender la soberanía no solo de Venezuela, sino de Suramérica entera, como un solo territorio.
“como la Gran Colombia que somos. Pronto nos reuniremos para refundar la Gran Colombia”, agregó el presidente Maduro, concluyendo con un llamado a la unidad regional y la refundación de un proyecto bolivariano continental.
