El primer vicepresidente de la Asamblea Nacional en desacato, Juan Pablo Guanipa, admitió que sus propios seguidores han comenzado a verles como «enemigos» porque no han cumplido nada de lo que prometieron. La oposición venezolana está en crisis de credibilidad con su gente.
“Tenemos que abordar ese tema de la desconfianza que surge en la gente, la falta de credibilidad. ¿Por qué pasa eso?, por una razón muy sencilla, porque no hemos logrado el objetivo y eso es normal”, confesó Guanipa en una entrevista.
"Si tú no logras el objetivo que has ofrecido que es sacar a Maduro, la gente deja de ver a Maduro como el enemigo y empieza a mirar hacia los lados"@JuanPGuanipa
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Asimismo, aseguró que en el seno de la facción radical de la oposición debe evaluarse el tema y realizar un relanzamiento, porque la población los percibe como incumplidos.
Palabra de cartón
“Si tú no logras el objetivo que tú has ofrecido, que es sacar a Nicolás Maduro de la presidencia que usurpa, la gente deja de ver a Maduro como el enemigo y empieza a mirar a los lados, porque siente que tú no le has cumplido”, aseveró.
Extraña lógica la de Guanipa. Llamar al presidente, Nicolás Maduro, usurpador cuando ganó las elecciones presidenciales de 2018 con más de 6 millones de votos a su favor. Mientras que el presidente imaginario, Juan Guaidó, no llegó a 100 mil sufragios en las parlamentarias de 2015.
Alacranes al ruedo
Por su parte, la periodista Carla Angola también se vio forzada a admitir que la gente desconfía de ese liderazgo opositor, porque han surgido muchos «alacranes» que se han vendido al mejor postor por $3 millones.
En este sentido, al dirigente opositor Guanipa no le quedó más remedio que reconocer que pueden surgir nuevos «alacranes», porque «se ven las caras, pero no los corazones», parafraseando la conocida canción del músico, Rubén Blades.
Al mejor estilo del efímero dictador, Pedro Carmona Estanga, Guaidó se autoproclamó presidente en 2019 y su programa de gobierno se resumió en una especie de mantra: “cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”.
A un año de la opereta, el presidente imaginario de la oposición se ha retratado con narcoparacos y se ha visto involucrado en innumerables escándalos de corrupción. Ante sus «proezas» los alacranes quedan como niños de pecho, y Guaidó destaca como el rey escorpión.