A mes y medio de las elecciones presidenciales que pondrán fin a su mandato y en medio de escándalos por la proliferación de hechos de violencia y falsos positivos; el presidente colombiano, Iván Duque, fue a hablar de «paz y legalidad» ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
En ese sentido, el mandatario neogranadino se refirió al acuerdo que firmaron hace unos años el estado y los antiguos combatientes. Dijo que arrojó resultados positivos para la «reincorporación» de antiguos grupos subversivos. Sin embargo, omitió que desde 2016 ajusticiaron a 315 desmovilizados, incluyendo 11 en los últimos 3 meses.
Por otra parte, tampoco fijó posición como representante del gobierno de Colombia, en torno al escándalo más reciente acerca de falsos positivos, como lo constituye la matanza de 11 personas por parte del Ejército neogranadino en el departamento de Putumayo.
«No podemos considerarlo una victoria, porque no deberían presentarse esos incidentes». Así dijo Duque aunque seguidamente aseguró que el compromiso; para proteger a quienes están en proceso de desmovilización, desarme y reinserción ‘ha traído resultado'».
Campaña de sangre
Igualmente, Duque insistió en su discurso en afirmar que la paz en Colombia no es un asunto político y electoral, pero cuesta pensar que el electorado vaya a ignorar la violencia creciente, a partir de las acciones de grupos irregulares, así como de los cuerpos de seguridad del Estado, todo, de alguna u otra manera ligados a los intereses del narcotráfico.
De esta manera, el presidente Iván Duque se despidió de la ONU. Por ello, haciendo referencia a los supuestos logros que deja en materia de lucha contra la violencia; de cara a una próxima administración que resulte del proceso de votación previsto para el próximo 29 de mayo.