Desde hace varias semanas el candidato presidencial por el partido Republicano, Donald Trump, ha sido criticado por las incoherencias que ha dicho en sus discursos, lo que ha generado que algunos especialistas aseguren que presenta “cambios cognitivos» relacionados con la edad.
Al parecer a Trump le ha llegado un efecto boomerang, dado que luego de que señalara al actual mandatario estadounidense Joe Biden por mostrarse “olvidadizo y confundido”, ahora es él quien se muestra incoherente.
En un artículo publicado por The New York Times reseñan que el aspirante a la Casa Blanca en esta campaña presidencial se ha caracterizado por “hablar mucho y en ocasiones no se apega a la realidad”.
«(Trump) siempre ha hablado mucho y, a menudo, no se ha apegado a la verdad, pero con el paso del tiempo sus discursos se han vuelto más oscuros, más duros, más largos, más furibundos, menos centrados, más profanos y cada vez más fijos en el pasado», citó el artículo.
De acuerdo a un análisis computarizado del medio, los discursos de la campaña de Trump ahora duran aproximadamente 82 minutos, mientras en 2016 eran de 45 minutos.
Los especialistas precisan que Donald Trump frecuentemente «divaga, se repite, va de un pensamiento a otro, algunos de ellos difíciles de entender, otros inacabados, otros fácticamente fantásticos».
Además, afirman que «expresa afirmaciones extravagantes, que parecen inventadas de la nada».
«Proporcionalmente, utiliza un 13% más de términos a todo o nada, como siempre y nunca, que hace ocho años”, puntualizaron.
Asimismo, precisaron que dice un 32% más de palabras negativas que positivas, en comparación con el 21% que mencionaba en 2016.
Vale acotar, que estos señalamientos contra Trump no son nuevos ya que él posee un largo historial de lapsus mentales. Desde hace años, acostumbra a mezclar nombres, equivocar citas, o perder el hilo de lo que está diciendo.
El año pasado, el expresidente estadunidense se refirió en un discurso al primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, como si fuera “el líder de Turquía”.
Aunque los expertos consultados por el NYT no están seguros de que los cambios en el estilo de hablar de Trump sean síntomas típicos de la edad o de alguna condición más significativa. Hasta el momento, el aspirante republicano no ha compartido ningún tipo de información médica específica que diga cuál es su condición actual, solo la carta publicada por su médico de cabecera, Bruce A. Aronwald, quien aseguró que posee una excelente salud física y mental.