Los valores son las virtudes que enaltecen a los seres humanos y constituyen el más preciado manantial que hereda la juventud. ¿Cuáles vio el comandante Hugo Chávez en Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, raíces del árbol de la Revolución Bolivariana, para darle sustento a la refundación de la Patria? Bolívar lucha contra la monarquía española porque ésta tiene por moral la esclavitud y por luces la pedagogía de la sumisión a la corona. Pero una vez en el poder, tiene que luchar contra los corruptos, a quienes catalogaba de “delincuentes que se alimentan de la sangre de sus conciudadanos”. El 12 de enero de 1824, Simón Bolívar decreta en Lima: “todo funcionario público, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos arriba, queda sujeto a la pena capital”.
Pero lamentablemente sus seguidores más cercanos carecían de los valores presentes en el Libertador. José Antonio Páez, consideraba que el erario público era la recompensa al que tienen derecho los políticos que han luchado por una causa, y aseguraba: “Los que con la espada o la pluma merecieron el bien de la patria en las épocas de la contienda aspiran a recoger el premio de sus afanes y fatigas, pues no todos suelen contentarse con la gloria póstuma y el aprecio de las generaciones”. Por su parte, para Francisco de Paula Santander, Bolívar escribiría en un artículo de prensa donde expresó: “¿Se nos negará que el vicepresidente se ha enriquecido a costa de la República y que es tan avariento como el más vil hebraico?”.
En Simón Rodríguez encontramos los principios que heredó el Libertador. Para él: “los vicios son hijos de la ociosidad y nietos de la ignorancia”. En 1842, Simón Rodríguez resalta que “vinimos al mundo a entreayudarnos, no a entredestruirnos”. Mientras tanto en Ezequiel Zamora, con su gorra militar sobre un sombrero de cogollo, se sintetiza la unión cívico militar para la concreción de la utopía bolivariana: un modelo político donde no haya “pobres ni ricos, ni esclavos ni dueños, ni poderosos ni desdeñados, sino hermanos que sin descender la frente se traten bis a bis, de quien a quien”. Chávez se nutre de esa fuente para lograr “la mayor suma de felicidad posible, de seguridad social y de estabilidad política”, como señala Bolívar en 1819, única via para alcanzar la paz.
ALÍ ROJAS OLAYA
Publicado en ÚN.
