por: Earle Herrera
Los de mí época dirán que es un disco rayado. La muchachada de ahora, que es un chip. Pero la cantaleta es la misma: se meten en un golpe militar y después gimen que era una misa de aguinaldo al aire libre. Es el reiterado “yo no fui” de una derecha que en 20 años, no ha podido superar su caletre viral. Impresiona cómo el joven autoproclamado este 2019, se parece cada día más al anciano autojuramentado en 2002. El mimetismo tiene una exactitud que no se da en la naturaleza.
El 30 de abril se fueron al distribuidor Altamira, convocaron a sus carreadas masas, llevaron militares, tanquetas, ametralladoras, fusiles y municiones ocultas en guacales de cambures (una turista gringa exclamaría: “¡oh, propio banana country!” Cuando la asonada fue abortada y la estampida se zambulló en las embajadas comprometidas, dijeron que solo era un acto para presentar a Leopoldo López ante un público ansioso de verlo, tanto, que nunca llegó.
En 2002, al sabotaje petrolero lo llamaron “paro cívico”, el mismo que luego se incivilizó y se les escapó de las manos. Al golpe lo bautizaron “vacío de poder” y a los golpistas, “militares preñados de buenas intenciones”. Aunque sus firmas estaban allí, todos negaron haber rubricado el “Decreto de Carmona”. Dijeron que era un papel en blanco, una lista de asistencia y cosas por el estilo. Nada, el mismo disco rayado. O algo más cool, el mismo chip.
La historia volvió a repetirse el 30-A. Allí, en el distribuidor, el “interino” era el deja vu del Pedro “El Breve” del Salón Ayacucho. Ráfagas de ametralladoras, disparos de fusilería, turbas contra la cerca de La Carlota y morteros disparados a su propia gente ensangrentaban la paloma blanca que los medios mostraban al mundo. Otra vez, un chip trágico. Otra vez, un disco rayado cruento.
Y otra vez, yo no fui. En las guarimbas de 2017, en la mañana quemaban viva a una persona y, por la noche, le hacían una misa. Al siguiente día, atribuían su muerte al gobierno y marchaban al lugar donde la incendiaron. Ahora, aunque la mediática mundial habló de “golpe contra Maduro” y gobiernos títeres celebraron el “retorno a la democracia”, una vez derrotada la sedición, dijeron que era un acto para presentar a López de nuevo en sociedad. ¡Ni Anita la Huerfanita el día de su atrevimiento!
Earle Herrera
Periodista / Constituyente