En medio de la pandemia por covid-19 y por segunda Semana Santa consecutiva, la procesión del Nazareno debió hacerse sin feligresía y sobre el Papamóvil para ampliar el alcance de la figura de Jesús de Nazareth, que transitó por 154 kilómetros de Caracas y municipios mirandinos.
Además las expresiones de fe abundaron porque el Nazareno es una de las advocaciones cristianas más importantes en el país.
Asimismo, se pudo evidenciar la pasión del pueblo por Jesús de Nazareth porque muchos salieron a observarlo portando las típicas túnicas y cruces.
Cientos de feligreses esperaron en las calles el paso de su santo para cumplir la promesa de vestirse de Nazareno y vestir a sus hijos.
Ésta es una de las tradiciones más arraigadas en los feligreses de Jesús de Nazareth y durante siglos ha pasado de generación en generación.
#RutaDelNazareno ✝️ Por segundo año consecutivo, garantizamos que el Nazareno de San Pablo llegara a los hogares del pueblo caraqueño que elevó sus peticiones por la salud mundial ???⛪️? @NicolasMaduro@PartidoPSUV @gestionperfecta pic.twitter.com/nyfSUhCLjc
— Pedro Infante A. (@pinfantea) April 1, 2021
Abrazados a la esperanza
Justamente la tradición de Jesús de Nazareth comenzó en 1696 con la primera procesión en medio de la epidemia de la peste del vómito.
El pueblo de Caracas, desesperado por la tragedia que causó cientos de muertes, sacó a la figura del Nazareno en procesión y al pasar por una esquina, hoy llamada Miracielo, la efigie tropezó un limonero, tumbando unos frutos, hecho que consideraron milagroso e hicieron limonada, días más tarde comenzaron a curarse los enfermos y se le atribuye el milagro a Jesús de Nazareth.
Recordando lo ocurrido hace más de 3 siglos y frente a una nueva crisis sanitaria, el pueblo venezolano se abrazó a la figura del Nazareno.
La profunda devoción y fe del pueblo quedaron evidenciadas una vez más pese a las limitaciones por la cuarentena radical.
En casa esquina se observaron feligreses con sus plegarias, peticiones, rezos, cantos, promesas y expresiones de espiritualidad.
Cuidando la bioseguridad, con el tapaboca y con múltiples elementos que reflejan la creencia divina, el pueblo se expresó en casa rincón de Caracas.
