La misa por la visita 164 de la Divina Pastora a Barquisimeto se vio protagonizada por un mensaje de odio pronunciado por el monseñor Víctor Hugo Basabe, en el cual llamó al pueblo venezolano a «responder con las armas al régimen”.
Un evento religioso y tradicional para la población larense, con el objetivo de rendirle un homenaje a la santa imagen, recibió por parte del representante de la Iglesia un mensaje para nada esperanzador, sino por el contrario politizó el acto.
“Los venezolanos deben responder con las armas de Dios al régimen político que nos somete desde hace 20 años”, fueron las palabras que exclamó el monseñor.
Durante el sermón, hizo referencia también a la nueva junta directiva de la Asamblea Nacional, a quienes insinuó de venderse e irse contra el pueblo.
«Mercaderes de la política que se vendieron por cuatro monedas», apuntó.
No es la primera vez que un representante de la Iglesia Católica, arremete en sus sermones contra el Gobierno nacional, tal como ha ocurrido en distintas oportunidades con otros miembros eclesiásticos tales como el cardenal Baltazar Porras, el monseñor Roberto Lückert y la Conferencia Episcopal Venezolana en otras oportunidades.
Es importante destacar, que la posición desde El Vaticano, representada por el papa Francisco, ha sido respetar los llamados al diálogos hechos por el presidente Nicolás Maduro, como parte de la estrategia de recuperar la situación política del país. Lo que demuestra los intereses y una postura clara por parte de estos miembros de la Iglesia venezolana, y no la posición de la Iglesia católica.
Por su parte, el presidente de la República, Nicolás Maduro, pidió a los obispos a respetar y no politizar ni parcializar la celebración.
“Mi saludo a todo el pueblo creyente que con su fe sale a una procesión de amor que han pretendido politizar y partidizar, pero no podrán. Repudiamos el intento de partidizar y politizar negativamente una procesión que le pertenece al pueblo cristiano de Lara”, expresó el mandatario nacional durante su discurso de Memoria y Cuenta.
La tradición de la visita de la Divina Pastora que año tras año recibe a más de tres millones de feligreses, tanto nacionales como internacionales, se ha mantenido como un homenaje a la santa imagen que van en muestra de fe, por lo tanto no debería ser un acto cargado de política y mucho menos de odio.