Monómeros si se ve su rabo | Por: Roberto Malaver

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El G4 se volvió un 8 para explicar la quiebra de Monómeros. Todos se echan la culpa y todos son culpables. Solo se trata de saber quién es más culpable.

Cuando Ramos Allup escuchó a Patricia Poleo decir que “Ramos Allup y Manuel Rosales son los responsables de lo que pase ahora en Monómeros”, soltó al perro chicharrón y se puso de píe.

-Esta mujer va a acabar con lo poco que me queda de vida. – dijo en voz alta

El perro chicharrón salió ladrando hasta la cocina, y desde allá se escuchó una voz que preguntó.

– Mi motorcito, ¿qué le hiciste a Chicharrón?

– Nada, mi amor, es que Patricia Poleo me tiene nervioso.

– ¿Quién?

– No te preocupes, mi amor, tú sabes que todos mis motores son tuyos.

Caminó hasta la foto tamaño natural de Rómulo Betancourt que está en la sala y le dijo:

-Mete tu mano, Rómulo. Esta vaina se complica cada día más. Estamos quedando como unos rateros, peor que el Koki y su banda.

Y en ese momento se le ocurrió llamar a una reunión por Zoom a todos los que quisieran hablar del caso Monómeros, pero sospechó que a lo mejor nadie se atrevía a decir nada porque todos tenían que ver con el caso.

Sin embargo, llegó hasta su escritorio, tomó asiento, prendió la computadora, acarició la armadura falsa que compró en Toledo, España, y después hizo el llamado a la reunión por Zoom. Y el primero en aparecer fue Ismael García.

– ¿Estas asustado, Ramito?- le preguntó

– Sale de ahí que esta reunión es con gente, y tú no llegas a eso –le dijo Ramos Allup.

Y empezaron a entrar los otros miembros caídos de la corrupción, perdón, de la oposición. Allí estaba Julio Borges, quien llegó y dijo: “Si está Leopoldo López no entro, porque ese es el culpable de la quiebra de Monómeros”. Y en ese momento entró Leopoldo López y dijo: “No pudo estar con ustedes porque voy a un Foro con Mario Vargas Llosa y le llevo su novela, La Tía Tula, para que me la firme”. “Esa novela no es de Vargas Llosa,” –le dijo Ramos Allup. “La de Vargas Llosa es La Tía Julia y el escribidor”. “Gracias”- dijo López y salió de la pantalla. Entró William Dávila. Manuel Rosales. Carlos Vecchio, Antonio Ledezma y Diego Arria.

– Señores, los llamé para decirles que se supo todo –dijo Ramos Allup.

– Si, ya escuchamos a Patricia Poleo, y sabemos que tú y Manuel Rosales quieren quebrar a Monómeros. –le dijo Julio Borges.

– Un momento, Julito. No me vengas con tus cuentos y esperes que yo te crea. Tú estás metido ahí hasta donde dice no pise la grama y cuidado perro bravo. – le dijo Ramos Allup.

– Lo bueno es que a usted no lo nombró Calderón Berti. Maestro –le dijo William Dávila a Ramos Allup.

– Ese prendió el calderón del diablo –dijo Julio Borges. Y tiene toda la razón, el culpable de todo es Leopoldo López, que puso ahí a quien le dio la gana y eso fue suficiente.

– Estas alborotado, Julio. No te olvides que tú eres el Canciller. Ese comunicado que sacaste no te salva, más bien te mete de frente y dando la cara en todo lo que pasó ahí. Tomás Guanipa, a quien sacaste de la sede de la embajada en Monómeros y te lo llevaste para México a sentarlo en el diálogo, y ahora es candidato a la alcaldía de Caracas, primero tiene que explicar de dónde son los cantantes.-le respondió Ramos Allup.

– Ustedes han acabo con todo –dijo Antonio Ledezma.

– Es verdad- dijo Diego Arria-en vez de hacer política, hicieron corrupción. Ahora se explica todo. Van a las elecciones para que los perdonen.

Ramos Allup, viendo que aquello se iba a convertir en un toma y dame, buscó hacerse el loco y apagar la computadora, y justo en ese momento, Ismael García dijo:

– Y Manuel Rosales, no dice ni pio, después que de vaina no mató de un susto a Calderón Berti cuando lo vio sentado en la silla de Presidente de Monómeros.

– Tengo Covid 21 –dijo Manuel Rosales y salió de pantalla.

Ramos Allup aprovechó ese momento y llamó a Chicharrón, y se puso de pie y salió a buscarlo, y dejó el Zoom prendido, “para que se maten esos carajos” pensó.

 

ROBERTO MALAVER

Periodista

Fuente: CEMD.


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