Cientos de migrantes deportados por EE.UU. atrapados en Panamá en el hotel Decapolis, ubicado en la Ciudad de Panamá. Estos migrantes, que llegaron a la frontera de Estados Unidos con la esperanza de solicitar asilo, fueron detenidos por el ejército estadounidense, encadenados y trasladados en avión a Panamá.
El acceso a los migrantes ha sido prohibido a los periodistas por el gobierno panameño. Sin embargo, The New York Times, logro realizar varias entrevistas dentro del hotel y revelaron que todos los entrevistados requiere de la solicitud de asilo y están detenidos contra su voluntad.
Confiscaron sus pasaportes y la mayoría sus teléfonos celulares, han sido encerrados en el hotel sin poder ver a sus abogados. Abogados panameños declararon que es ilegal detener a personas sin una orden judicial por más de 24 horas, pero cientos de migrantes han estado encerrados en el hotel Decapolis durante casi una semana.
Al menos dos migrantes han intentado suicidarse y uno se rompió una pierna al intentar escapar. Una mujer envió un mensaje desde un teléfono celular oculto, expresando: “Solo un milagro puede salvarnos”.
Una migrante iraní de 27 años, escribió “Help Us” con lápiz labial en una ventana del hotel. Otro hombre, escribió “China” en su ventana y, en una llamada, comentó que había llegado a Estados Unidos “por la libertad”, afirmando que “preferiría tirarme de un avión antes que regresar a China”.
Mona, una iraní de 32 años, relató que durante el vuelo militar desde California a Panamá, su hijo de 8 años lloraba aterrorizado al ver a sus padres encadenados.
Las autoridades panameñas indicaron que la Organización Internacional para las Migraciones (IOM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) son responsables de supervisar a los migrantes mientras se encuentran en Panamá.