Memorias de un escuálido en decadencia: Elecciones | Por: Roberto Malaver
¡Nos volvieron a joder! Decimos que somos mayoría y no participamos en las elecciones para ganarlas, porque somos inteligentísimos. Que nadie venga a hablarme de porcentaje de participación, porque eso me sabe a bosta de vaca. Aquí se trataba de ganar o perder, y nosotros perdimos otra vez. El único que montó una fiesta de fin de año es Bernabé Gutiérrez, carajo, le llegó el Niño Jesús el 6 de diciembre, y le trajo un cargo de diputado. Y a nosotros eso nos pasa por bolsas, por pendejos y por ambas cosas inclusive.
Ahora estamos en una vaina que llaman consulta popular, y hasta ahora los que más han participado son los muertos del país, y nos parece lógico, porque ahora más que nunca somos, como diría el compañero Rómulo Betancourt, y con permiso para citarlo de Espoleta Allup, somos «un cadáver insepulto». Eso somos en la oposición: Un cadáver insepulto. Qué bueno es Rómulo que nos sirve para citarlo siempre que nos pasa una vaina como esta. En España, el compañero poeta, Leopoldo –cheque Pdvsa- López también lo citó. “We will come back”, dijo por allá aquel poeta de agua dulce, que nos habló de lo largo y lo corto en la poesía venezolana.
Duele esta derrota. Duele como un dolor de muela. El que no es de la oposición no sabe el dolor que causa esta vaina. Y además, no hay nada que arreche más, que ver la cara de alegría que tienen esos chavistas, porque a esos les importa un carajo si ganan con uno o dos votos, para ellos lo importante es ganar, y ganaron, los grandes carajos. Y ahora, para que nos arrechemos más, hasta Mario Silva salió como diputado en esa asamblea, no me jodan.
No me echen más cartas. Y nosotros buscando cédulas de nuestros familiares muertos para ponerlos a participar en la consulta popular. Quién me iba a decir a mí, que mi abuelo, que era urredista hasta la pared de enfrente, ahora está participando en una vaina que ni siquiera sabemos para qué carajo sirve. Y cómo nos encanta hacer el ridículo nacional e internacional. El Canciller en el exilio –perdonen que me ría- Julio –Matemático- Borges recibió las cartas credenciales del embajador de Estados Unidos para Venezuela, un tal James Story, que se nota que tampoco tiene vergüenza, y uno que creía que los gringos eran decentes. Uno ve la foto donde aparecen los dos, y aquella vaina es para reírse hasta que amanece.
En 2005 nos retiramos, y la Asamblea Nacional fue roja rojita. Y en un discurso en Chacao, cuando le dieron una orden, Espoleta Allup denunció a los culpables de esa vaina. Es decir, a los que les dijeron que no participaran en esa elección. Allí los nombró a todos. Los dueños de los medios fueron los culpables. Y ahora, que la asamblea otra vez quedó casi casi rojita rojita, ¿a quien carajo le vamos a echar la culpa? ¿A María la Boyera?
Ojalá que el compañero Joe Biden nos envíe un emisario para que nos una de una vez, porque aquí todo el mundo anda por su lado, solo hacemos caso cuando nos lo dicen desde Estados Unidos, porque eso viste mucho, es muy elegante que uno diga: «estoy esperando que me digan desde Estados Unidos qué debemos hacer en las próximas elecciones”. Solo Estados Unidos salva.
El papá de Margot llegó con las manos en la cabeza: “Al carajo los enfermos: Los chavistas andan de fiesta y nosotros de luto”. Se acercó al televisor y cuando lo iba a prender se detuvo y dijo: “Y para qué carajo lo prendo, si ya se todo lo que pasó, perdimos por pendejos, porque no participamos, y ahora no sabemos qué vamos a hacer”. Y mientras caminaba hacia el cuarto nos gritó: “El que me diga que ganó la abstención que me diga cuántos diputados sacó la abstención”. Y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina que estaba saliendo en ese momento, se volvió a meter en su casa y gritó. “Una bomba. Una bomba”.
-Yo sé perder, yo sé perder, quiero volver, volver, volver. – me canta Margot
ROBERTO MALAVER
Memorias de un escuálido en decadencia: Elecciones | Por: Roberto Malaver
Publicado en Ciudad Caracas