José Gregorio Hernández (JGH), el primer laico venezolano reconocido como beato por El Vaticano, sigue generando noticias, luego de que se acordara convertir la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria en un Santuario Diocesano, para recibir la peregrinación de millones de personas que son devotos del médico de los pobres.
Ya el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones de Interiores, Justicia y Paz había anunciado que sería reestructurado el espacio. Allí reposan los restos mortales del trujillano universal, autorizando su exhumación y proyectando un ala especial dentro del lugar.
La Arquidiócesis de Caracas informó que la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, lugar donde descansan los restos mortales del doctor José Gregorio Hernández, será elevada a Santuario Diocesano https://t.co/LsyTK3fcmw
— Radio Fe y Alegría Noticias (@radiofeyalegria) July 1, 2020
Centro para renovar la fe
Tal cual ocurre en el Santuario de JGH en Isnotú, su tierra natal, el nuevo centro espiritual que se construirá en la actual iglesia de la parroquia caraqueña de La Candelaria, será un espacio para recibir innumerables visitas de feligreses. Históricamente ambos recintos son de los más concurridos, no sólo en Semana Santa sino de manera cotidiana.
El cuarto beato venezolano es el ícono más representativo de la esperanza del pueblo venezolano. Es un gran pilar fundamental de la convicción del soberano y ejemplo de unión de las masas entorno a una figura por encima de las diferencias.
En cada casa un milagro
JGH es el mayor representante de la fe venezolana porque en cada hogar hay al menos un devoto y aunque El Vaticano solo reconozca uno, el pueblo cuenta millones de milagros y favores concedidos por el Médico de los Pobres.
Las incontables visitas, oraciones, velas, plegarias y manifestaciones de fe que se veían en la iglesia La Candelaria, ahora se multiplicarán y el Santo del Pueblo tendrá un espacio digno para recibir la visita de sus devotos.
¿Regresa a Isnotú?
Un grupo de feligreses del estado Trujillo y otros estados andinos han manifestado su intención de elevar la solicitud formal a los integrantes de la jerarquía eclesiástica para que los restos mortales del Doctor José Gregorio Hernández sean trasladados al Santuario de Isnotú, pueblo que lo vio nacer. Pero esta solicitud es poco probable que se cumpla por todo el marco histórico e institucional que envuelve al beato venezolano.