Este domingo en Myanmar se realizó uno de los funerales más multitudinarios de los últimos tiempos. Poco más de 100 víctimas de la represión del día anterior fueron sepultadas en una jornada que se convirtió en otro día de protesta contra el gobierno militar.
Según los reportes de medios internacionales, tan solo este sábado los presuntos operativos de las fuerzas de seguridad abatieron a más de 100 personas.
Se trataría de la jornada más mortífera desde que comenzaron las manifestaciones en contra del gobierno del ejército que se instaló el pasado 1 de febrero.
Las estimaciones más conservadoras hablan de 102 muertos, mientras que otros afirman que la represión mató a 114 personas.
Este saldo sería 2 veces mayor al número más alto de las muertes oficiales por covid-19 en un día, y que país registró en octubre del año pasado. De acuerdo a las agencias de prensa extranjera, los manifestantes muertos por resistir al gobierno de Myanmar ya supera las 400 víctimas.
Parece que tuvieron que morir una centena para que el Secretario General de la ONU reaccionara por lo que sucede en esa nación.
En una carta, Antonio Guterres expresó que “La continua represión militar, que hoy resultó en el mayor número de muertos diarios desde que el mes pasado comenzaron las manifestaciones contra el golpe militar, es inaceptable y exige una respuesta internacional firme, unificada y resuelta”.
Sobre este escenario, el funcionario habría instado al gobierno militar de Myanmar a terminar con la violencia.
Al mismo tiempo advirtió que: “Los responsables de las graves violaciones de DD.HH. cometidas en Myanmar deben rendir cuentas”.