Tras un mes del magnicidio contra el presidente Jovenel Moïse, en Haití, sigue la incertidumbre y crece la turbulencia en torno a las investigaciones para esclarecer el suceso con el repliegue de instituciones encargadas de avanzar en el proceso.
De acuerdo con el informe que difundieron medios locales, la Dirección Central de la Policía Judicial; transfirió competencias a la Fiscalía de la nación caribeña para que prosiga con las acciones correspondientes. La medida se atribuye a decisiones que tomaron varios jueces que asumieron inicialmente la causa.
Por una parte, un grupo de magistrados denunció recientemente amenazas de muerte, mediante llamadas telefónicas. Por esa razón, por la cual acudieron a solicitar protección del Estado y refugio en sitios más seguros.
Entre los funcionarios objeto de intimidación se encuentran los jueces de paz Carl Henri Destin y Clément Noël. También forman parte del grupo de víctimas 2 secretarios judiciales que participaron en la elaboración de reportes iniciales acerca del asesinato del presidente Moïse.
¿Qué hay detrás del asesinato?
A finales de julio, medios internacionales que aseguran haber tenido acceso a las denuncias que presentaron los funcionarios, publicaron textos que atribuyen a mensajes recibidos por los trabajadores judiciales que forman parte del equipo de investigadores.
«Oye, secretario. Prepárate para una bala en la cabeza, te dieron una orden y sigues haciendo mierda». Con estas palabras habrían enviado una de las amenazas, de acuerdo con denuncias que procesa la policía de Haití.
En el caso del magistrado Clement Nöel, su testimonio expresa que recibió presiones para que cambie o retire el informe que presentó en torno al magnicidio; el mismo día de los hechos. “Desgraciadamente, a pesar de haber salido de casa hace 15 días, sigo recibiendo llamadas de desconocidos que me amenazan de muerte”, denunció el juez.
Asimismo, se han activado las alertas en la opinión pública nacional e internacional con respecto a los obstáculos que reportan funcionarios y movimientos sociales de Haití, con respecto a los protocolos habituales para el acceso a las escenas del crimen y procedimientos que permitan el esclarecimiento del caso.