El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, siempre ha exigido una sola cosa del gobierno de Estados Unidos: Respeto. Esa palabra es clave, para que se cumplan dos principios esenciales de la política exterior, como son la soberanía y la autodeterminación.
Fiel al legado del Comandante Hugo Chávez, el presidente Maduro ha sido claro desde un principio con la administración de su homólogo estadounidense, Donald Trump.
Desde los inicios de esa gestión, el primer mandatario criollo ha destacado la disposición de Caracas de entablar relaciones diplomáticas cordiales con Washington, siempre y cuando prevalezca el respeto mutuo.
Claro mensaje
La prensa internacional reseñó ampliamente, cómo en 2015, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, le comunicó al vicepresidente de Estados Unidos para ese entonces, Joe Biden (hoy candidato presidencial), que el gobierno bolivariano sólo exigía respeto de la administración norteamericana.
«Le pedimos a Estados Unidos, le dije a Biden y le hemos dicho a Estados Unidos mil veces, en público y en privado, que queremos relaciones de respeto. Más nada», expresó el presidente Maduro en el acto de toma de posesión de la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en Brasilia.
Sin embargo, desde entonces la administración de Trump no ha hecho otra cosa que agredir a Venezuela. Para ello se han aplicado métodos de persecución financiera, bloqueo de activos y obstaculización de transacciones, para la compra de medicinas, insumos y alimentos y otros bienes de consumo.
Títere imaginario
Igualmente, las autoridades norteamericanas han apostado por el respaldo de un gobierno títere e imaginario, como el de Juan Guaidó. No obstante, y aparentemente en virtud de los reiterativos fracasos, Trump ha declarado estar dispuesto a reunirse con el presidente Maduro.
También ha destacado Trump que no se siente muy satisfecho con el apoyo dado a Guaidó por su mediocre desempeño.
Empero, esta administración vuelve a poner de manifiesto el carácter ambiguo de sus afirmaciones. Algunas agencias han reseñado que el diálogo sólo «sería para acordar las condiciones de una salida pacífica»
Miraflores se mantiene firme en las bases de su política exterior. Respeto, autodeterminación y soberanía para Venezuela y todos los países de Nuestra América.