Este 27 de octubre el expresidente brasileño Luis Inácio Lula Da Silva cumple 75 años; pero no celebra tranquilo, pues todavía tiene que lidiar con la persecución judicial de una causa sospechosa de ser otro montaje para liquidar su legado político en el gigante del Sur y la región.
Si bien se libró de la prisión el pasado 8 de noviembre, y en septiembre de este año le fue anulada una de las causas penales de corrupción por falta de pruebas suficientes; el exmandatario continua librando una lucha por seguir demostrando su inocencia.
A medida que avanza la gestión de Jair Bolsonaro, cada vez cobra más fuerza la teoría de que la causa judicial contra Lula fue el gatillo para intentar «matarle políticamente»; y sacarle también de la carrera presidencial en 2018, en la cual se perfilaba como virtual ganador.
Causa Triplex Guarujá
Además de involucrarle sospechosamente en la trama de corrupción de Odebrecht; la justicia brasileña le investiga por presuntamente tener un apartamento de lujo en Sao Paulo, y que Lula ha dicho por todos los medios que no es suyo.
Esta causa se llama “triplex Guarujá”; y según la fiscalía, Lula es el propietario de este inmueble en la playa, que habría recibido a cambio de favorecer a una empresa constructora.
La defensa de Lula ha solicitado ante el tribunal suspender el proceso, pero el juez a cargo de la causa, Edson Fachin, negó la solicitud.
Denunciar persecución
La ocasión del cumpleaños de Lula será aprovechada por los movimientos sociales en Brasil y el mundo para mostrar su solidaridad con el exdirigente obrero.
A través de su caso denunciarán la trama de una sospechosa causa de persecución política que al mismo tiempo busca desprestigiar a todo el movimiento progresista en ese país.
A Lula es considerado como uno de los mejores presidentes en la historia del país; uno que con su gestión mejoró las condiciones materiales de muchos de sus compatriotas, y elevo el perfil de potencia emergente de su nación.
Lula es un referente global del progresismo y uno de los perseguidos más notable por la derecha. El exmandatario asegura que no le perdonan el pecado político de asignar viviendas a los más pobres y lograr que comieran 3 veces al día.