El denominado Grupo de Lima entra en una nueva etapa de «metamorfosis» política, ya que luego de que varios países se han retirado del mismo. Ahora el gobierno de Pedro Castillo anunció que también abandona el bloque fundado por mandatarios de derecha.
En ese sentido, este 8 de agosto la organización cumple 4 años desde que fue creada en el año 2017 y el balance de sus acciones le ubica como un instrumento político debilitado y con muy bajo impacto; en función de los objetivos planteados inicialmente, para derrocar al presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Tras la toma de posesión de Castillo, el nuevo canciller Héctor Béjar, había adelantado la postura que asumiría la gestión entrante; bajo el respeto de la soberanía y en rechazo a la injerencia en asuntos internos de otras naciones. También se manifestó en contra de la imposición de sanciones y bloqueo, como los que aplica la Casa Blanca.
En ese sentido, analistas consideran que con el retiro del Lima, el Grupo se debilita considerablemente «como centro de una conjura contra la República Bolivariana de Venezuela y traslada a Bogotá las maniobras golpistas que conduce James Story«.
¿Desaparecerá el Grupo de Lima?
Por el momento, no queda claro cuál será el destino del Grupo de Lima, que desde su fundación ha tenido bajas considerables entre sus integrantes y ahora, entra en contradicción, incluso con el nombre que lleva, luego de que el nuevo gobierno instalado en Lima, decidió retirarse.
Actualmente se mantienen asociados al grupo los gobiernos de derecha que permanecen en Brasil, Canadá, Chile; Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Guyana, Haití y Santa Lucía.
Por otra parte, Argentina se retiró al asumir Alberto Fernández la presidencia de la República, lo mismo que ocurrió en Bolivia bajo el mandato de Luis Arce. Así como en México con la posición de Andrés Manuel López Obrador y ahora con la salida de Perú, tras la toma de posesión de Pedro Castillo.
El objetivo del Grupo de Lima se evidenció desde el inicio al manifestar el apoyo irrestricto al exdiputado venezolano Juan Guaidó; cuando se autoproclamó como supuesto «presidente interino». Con esto, el bloque demostró su apego a la línea dictada por la Organización de Estado Americanos (OEA) y el gobierno de Estados Unidos.
