Los nuevos aires del atildado barrio Salamanca, en la elegante ciudad de Madrid, le han sentado bien al prófugo terrorista de la justicia venezolana, Leopoldo López. Al parecer, tanto lujo le han avivado la vena artística, a quien en Venezuela pasó 20 años delinquiendo, obsesionado con hacerse del poder no por los votos, sino por la vía violenta del terrorismo.
Pero como dicen los católicos, el Señor obra por caminos misteriosos. Después de promover golpes de Estados, invasiones mercenarias, guarimbas criminales donde quemaban a la gente viva y lanzaban bombas de excremento, al señor López le ha afloró la sensibilidad poética. Y ahora confiesa desde España que su brevísima estadía en el penal de Ramo Verde le inspiró a expresar sus composiciones líricas.
El poeta terrorista
El terrorista devenido en poeta. O más bien el poeta terrorista realizó algunos adelantos de las décimas que compuso en la cárcel: «el tiempo corto es muy largo, y el tiempo largo es muy corto, dentro de la prisión». Esto sólo pudo ser producto de una epifanía. Seguramente, en España no salen de su estupor, qué Góngora ni que Quevedo, ni que Calderón de la Barca. La sutileza y al mismo tiempo la densidad de estos versos, confirman que los delirios de grandeza de este geniecillo del horror no eran infundados.
Quizás se haya inspirado también en otro depurado filósofo, como demostró ser Manuel Rosales. A fin de cuentas, fue el político zuliano quien nos aclaró muchas cosas: las islas están rodeadas de agua, si te matan: te mueres y los «hornos» dan peras. Y ahora López continúa el legado con esta profunda reflexión del tiempo largo y corto, pero en clave poética. Ambos (López y Rosales) son cimas de la literatura y la filosofía subvaloradas por la humanidad.
Pero algún día se les hará justicia. Tenemos fe que el culto reino de España les acogerá en su seno, como ya lo ha hecho con López. Y ojalá los tenga por siempre allá. No obstante, en Venezuela también saben apreciar el talento. La crítica tuitera aclamó a López, no con una salva de aplausos, como correspondería, sino con efusivos mensajes de aliento en redes sociales.
El humorista Roberto Malaver fue tajante:
Leyendo la poesía de Leopoldo López, lo mejor que se le puede decir es que abandone la política y se meta a poeta. https://t.co/qSD3xE4sk6
— robertomalaver (@robertomalaver) November 11, 2020
Y el polémico Esteban Trapiello, tampoco se quedó atrás:
"el tiempo corto es muy largo y el tiempo largo es muy corto"
Leopoldo López
El poeta de Ramo Verde.PD: Arjona se quedó pendejo.
Y Manuel Rosales es Vargas Llosa.— Esteban Trapiello (@TrapieLLo) November 11, 2020