En Hong Kong cientos de manifestantes tomaron las calles este domingo, en medio de una nueva oleada de protestas que irrespetaron las medidas sanitarias establecidas para el control del covid-19, poniendo en riesgo los avances de la región contra el virus.
Asambleas sin distanciamiento social, reuniones e incluso disturbios en populosos vecindarios, crearon un ambiente de caos que hasta el momento, según reportan fuentes oficiales han traído como consecuencia protestantes y policías heridos, así como más de 100 personas detenidas.
Las protestas que cuentan con el apoyo sostenido del departamento de estado de Estados Unidos, se han retomando para manifestar el repudio a la ley de seguridad nacional que propone el gobierno chino. La norma, que se espera prohíba la sedición, la secesión y la subversión del gobierno central en Beijing, según opositores, se introducirá a través de un método constitucional que «ha sido raramente utilizado y que podría evitar efectivamente la legislatura de Hong Kong».
Conflicto de larga data
Hong Kong vivió en el 2019 siete meses consecutivos de manifestaciones en la calle. A menudo con episodios violentos, a favor de la «independencia», en un movimiento que se conoció como la Primavera Asiática o la Revolución de los Paraguas, iniciada en el 2014.
Después de lo que había sido una pausa por la pandemia del coronavirus, las protestas se han reactivado en los últimos días, toda vez que la ciudad ha aplicado medidas de flexibilización de la cuarentena para combatir el virus.