El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela manifestó su rechazo a la convocatoria que hicieran gobiernos de la Unión Europea y España a una videoconferencia realizada el 26 de mayo con el objetivo de «entregar donaciones» a países que reciben migrantes venezolanos.
A través de un comunicado publicado por el canciller Jorge Arreaza a través de su cuenta Twitter, se expresa que este evento intenta ocultar las agresiones económicas y operaciones mercenarias que se han activado contra Venezuela.
#COMUNICADO |Venezuela deplora que un grupo de gobiernos autodenominados donantes organice espectáculos fraudulentos para la supuesta atención a nuestra población migrante. Un evento ideologizado para atacar al Gobierno Bolivariano y ocultar las agresiones e injerencias externas: pic.twitter.com/gbii1KTMQL
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) May 27, 2020
«En la práctica no fue más que una rebatiña de recursos entre burocracias de organismos internacionales y gestores políticos, sin relación alguna con las necesidades reales de los migrantes venezolanos. Una acción de maquillaje que procura lavar el vergonzoso seguidismo de la Unión Europea en su notoria subordinación a la política de cambio de régimen de Washington, y su complicidad con las medidas coercitivas unilaterales que tanto sufrimiento y daño causan en Venezuela».
Asimismo, el documento resalta el cinismo de la Unión Europea al ser estos países «donantes», los principales focos del coronavirus en la región y el mundo. «Precisamente esos gobiernos son los que ameritan recursos y donaciones para enfrentar el colapso de sus sistemas de salud, proteger la vida de sus ciudadanos y recuperar sus economías ante el covid-19».
Por otra parte, señala que esta acción oculta la llegada masiva de migrantes venezolanos que están regresando al país producto de la «xenofobia esclavizante, la persecución y la expansión descontrolada del covid-19 en los países receptores».
Finalmente alerta a gobiernos del mundo sobre la transparencia en el uso y destino de los recursos además de calificar a estos países como un «club de prestamistas y estafadores» que han congelado más de 10 mil millones de dólares a Venezuela en los últimos años.