El 2020 termina como empezó, signado por la pandemia del coronavirus. El panorama mundial en el último día del año es dramático, ya que literalmente el virus apretó el “acelerador”, maximizando el ritmo de contagios y fallecidos.
Hasta este jueves, la cuenta de casos supera los 83 millones en todo el mundo, pero no todos ellos siguen enfermos; ya que más de 58 millones se han recuperado.
Las víctimas son más de un millón 820 mil, un número que equivale a casi toda la población de Manaos en Brasil.
Mientras tanto, la cuenta de casos activos supera los 22 millones, que es lo mismo a que todos en Chile hubiesen dado positivo en un test de PCR.
Estados Unidos de la Pandemia
El país en donde el virus apretó más es EE.UU. Esa nación supera largamente los 20 millones de contagios desde el comienzo de la crisis sanitaria, y al mismo tiempo ostenta la cifra más alta de fallecidos con más de 351 mil.
A pesar de que ya comenzaron un agresivo plan de vacunación, el panorama de la pandemia parece que aún “no dobla la esquina”, como expresó Mike Pence cuando se colocó el antídoto.
Sobre esta fatal expectativa, el presidente electo Joe Biden tuvo que reconocer que el próximo año no será mejor, por lo que siguen muy vigentes todavía las medidas de prevención convencionales como el uso del tapabocas.
La “gripezinha” de Bolsonaro
Brasil es el segundo país del mundo con más fallecidos. La pandemia ha matado a más de 194 mil personas, una realidad que Bolsonaro despacha diciendo que de alguna forma todas esas personas iban a morir algún día.
El mandatario del gigante sudamericano describió desde el comienzo su visión sobre la gravedad de la enfermedad, subestimando fatalmente al virus, al cual calificó como una “gripezinha”.
A pesar de los daños elocuentes en su país y en el mundo, Bolsonaro se opone a las medidas de prevención y a la obligatoriedad de la vacuna, desplegando la retorcida lógica de que cada quien tiene la libertad de decidir si se cura o no.
Los “recuperados” de Chile
Pero sí le parece increíble la compasiva política de Bolsonaro de defender la libertad de los ciudadanos a decidir si se atienden médicamente o no, la pandemia tuvo en Chile un criterio estadístico innovador con el que se maquilló un poco la cuenta de recuperados de la enfermedad.
Según la lógica del Ministro de Salud de Piñera durante la primera etapa de la pandemia, los fallecidos por el virus se añadían también a la cuenta de “recuperados” con la formidable conclusión de que los muertos no podían contagiar el virus.
Hacer bien la tarea
Pero entre todos estos casos de países a los que la pandemia no apretó tanto, destacan otros que sí lo han hecho bien. Son pocos pero los hay; y lo más llamativo es que son países del denostado “tercer mundo”.
Cuba, un país bloqueado desde hace 60 años, es una de las naciones en donde el virus es un asunto controlado. La isla en un año apenas supera los 11 mil casos y 145 fallecidos.
Aun cuando la enfermedad es un problema sin relieves dramáticos, el país desarrolla 4 vacunas, de la cual la Soberana 02 sería la que va mejor encaminada.
Venezuela suma ya más de 100 mil contagios desde el comienzo de la pandemia y el 95% de recuperados. El gobierno del país apretó temprano con medidas de cuarentena radical y activó el sistema de salud público para evitar que la enfermedad replicara el drama de Ecuador, en donde las víctimas estaban tiradas en las calles.
Pero el que quizás sea el campeón contra la pandemia es Vietnam, un país que sin mayores aspavientos, tienen los mejores números de control de la enfermedad.
De acuerdo a los organismos internacionales, la nación asiática tiene en un año 1.546 contagios, 1323 recuperados y apenas 35 fallecidos.
Al igual que Cuba, si bien la enfermedad no es el mayor problema, están desarrollando su propia vacuna contra el covid-19.