La noche de los cristales rotos: primera campanada del odio supremacista

Entre el 9 y el 10 de noviembre, hace 82 años, tendría lugar en la Alemania nazi y parte de Austria, el evento conocido como la noche de los cristales rotos. Sería una de las primeras campanadas del odio supremacista. Y una muestra fehaciente de su casi infinita capacidad de muerte y destrucción.

Asistía la humanidad a la institucionalización del extermino de un grupo étnico, con la anuencia del poder instituido. No era la primera vez en la historia que esto ocurría. Pero sí afianzaban de este modo los nazis la figura del pogromo. Esto para perseguir, asesinar y linchar a los integrantes de comunidades completas de orígen judío.

Cristales rotos

Por lo menos 91 personas judías fueron asesinadas y otras 30 mil arrestadas y deportadas masivamente. Las casas, escuelas, hospitales fueron saqueadas y literalmente destruidas por una turba enardecida. Los atacantes actuaron al mejor estilo de los guarimberos mercenarios, contratados por Leopoldo López en Venezuela. Arrasaron todo a su paso. Más de mil sinagogas fueron quemadas.

Producto de los destrozos masivos, todas las calles quedaron llenas de cristales rotos. De ahí el nombre de la salvaje manifestación de odio del nazismo. Luego de esta primera campanada vendrían el Holocausto nazi y lo que se conoce como la Solución final. Entre 5 y 6 millones de judíos fueron masacrados por el movimiento del dictador Adolf Hitler. Algo sencillamente tenebroso.

Pero el ser humano probablemente siga siendo de las pocas especies que tropieza no una sino varias veces con la misma piedra. Lamentablemente, los pogromos no son cosa del pasado. Actualmente en Palestina, la historia se repite casi a diario. Sólo que los que fueron víctimas del nazismo, hoy son los victimarios aún más despiadados de un pueblo inerme.

Horrores recientes

El sionismo judío de Israel ha desalojado a la fuerza ciudades completas con máquinas de construcción, destrozando todo a su paso. En la década de los 90, durante las guerras secesionistas de Yugoslavia también se registraron horrores. Se tiene conocimiento de matanzas masivas, impulsadas, tras bastidores por EE.UU. y la OTAN. Igualmente, en Ruanda el intento de exterminio de los Tutsi a manos de los Hutu, es considerado un ejemplo de pogromo moderno.

Como refiere el escritor y comunicólogo, Ignacio Ramonet, en tiempos de incertidumbre, como los que vive la humanidad actualmente, renace una especie de tentación de culpabilizar al “extraño extranjero” de todos los males. De ahí las manifestaciones de odio hacia los movimientos migratorios. Ello explica el rechazo irracional y creciente hacia latinos, pueblos islámicos, africanos y asiáticos, en diversos países.

En tal sentido, Ramonet sostiene que es urgente promover el respeto a la diversidad y a la multiculturalidad. Ojalá y podamos lograrlo. Para ello será esencial desactivar los movimientos supremacistas de la extrema derecha, promovidos activamente por gente como Donald Trump.

 


 

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