La Jpsuv crece, enarbolando la bandera del antiimperialismo | Por: Geraldina Colotti

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“Ser joven pero no revolucionario es una contradicción hasta biológica”, dijo Salvador Allende. Con el mismo espíritu, primero Hugo Chávez y luego Nicolás Maduro, capacitaron y siguen capacitando a la juventud del PSUV, que celebra su aniversario número 15. Durante su programa “Con el mazo dando”, el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, planteó sacar a relucir los temas que organiza la Jpsuv, cuya secretaria general es Grecia Colmenares. Las actividades comenzaron el día 7 con una jornada dedicada a la comunicación, y continuaron el día 8 con seminarios dedicados a la formación de la militancia. En las próximas semanas, las y los jóvenes participarán en actividades relacionadas con los ámbitos ecológico, productivo, de trabajo voluntariado, deportivo y recreativo, y se organizarán encuentros sobre temas internacionales y culturales.

Para este 12 de septiembre está convocada una gran marcha nacional que dará lugar a otros momentos de movilización en todo el territorio, y que comenzará en Cachamay, en el estado Bolívar. De hecho, ese mismo día de 2008, un año después de la fundación del PSUV, el Comandante Chávez creó la organización juvenil, cuyos principios reflejan los del “partido adulto”, como definen los jóvenes al PSUV. Los jóvenes, repitió siempre el comandante en los mensajes dirigidos a ellos, deben ser “transparentes, amar a su patria y tener un espíritu antiimperialista radical”.

Durante la rueda de prensa de la JPSUV, Grecia Colmenares explicó la importancia del compromiso juvenil a nivel territorial en todos los ámbitos de la vida social para defender y ampliar, con continuidad y alegría, los logros de la revolución bolivariana. “La juventud socialista –dijo- milita con ese espíritu en cada calle, en cada comunidad, y en las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCH)”, las estructuras básicas del PSUV.

El objetivo de la UBCH es “defender las conquistas de la revolución; luchar contra los enemigos del país en cualquier terreno; realizar tareas de control social en la propia comunidad; asumir el compromiso de estar a la vanguardia en la formación de redes familiares en su comunidad, organizando visitas casa por casa”.

Las mujeres son mayoría, tanto en la dirección de organizaciones territoriales como la UBCH, como en los niveles más altos de la estructura juvenil del partido: preparadas para afrontar los obstáculos que la derecha a sueldo de Washington ha puesto y está poniendo al país, intentando atraer a los jóvenes con las sirenas del consumismo, la corrupción y la desconexión de la actividad política.

Este 2023 es el año de la organización de la juventud socialista. Las líneas se decidieron en marzo, durante una serie de encuentros nacionales, en los que se reiteró el papel de la JPSUV en la recepción, defensa y difusión de los principios y valores del socialismo bolivariano. Una tarea que, en este año preelectoral, implica un esfuerzo doble y adicional en la probada técnica del “uno por diez”.

Una estrategia con la que el PSUV, el partido más grande de América Latina, moviliza la militancia y multiplica apoyos, verificando constantemente su coherencia. Un movimiento dialéctico “de arriba y de abajo”, con el que el PSUV busca abrir cada vez más brechas para desmantelar las estructuras del Estado burgués desde adentro con la fuerza de la organización popular.

Una experiencia que, por ello, ya dura 25 años. Una experiencia única también en el resto de América Latina donde varios gobiernos progresistas triunfaron tras la llegada de Chávez a la presidencia de Venezuela, en diciembre de 1998. Un laboratorio que se nutrió de los ideales del siglo XX, y sobre todo del ejemplo de Cuba, y que tomó aprovechar las enseñanzas de Ho Chi Minh sobre el papel del ejército popular en un país socialista: para aprender, con la elaboración de Chávez y en la resistencia concreta al imperialismo, la lección derivada de la derrota de revoluciones anteriores. De hecho, la revolución bolivariana ha aprovechado la experiencia nicaragüense, la última del siglo pasado, llena de lecciones, pero también del “camino chileno al socialismo”, intentado por Salvador Allende y exterminado por la dictadura de Pinochet el 11 de septiembre de 1973.

El compromiso de la juventud socialista en el territorio y en todos los niveles de defensa que impone el ataque multifacético del enemigo significa, por tanto, también tener un papel en la milicia popular y en la vigilancia contra los intentos del fascismo de ocupar territorios a través de grandes organizaciones criminales.

Según datos de la ONU, hoy en el mundo hay 1.200 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años, o sea el 16% de la población mundial. De cara a 2030, fecha límite para alcanzar los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se estima que el número de jóvenes aumentará un 7%, hasta alcanzar casi 1.300 millones.

En los países capitalistas, sin embargo, los jóvenes de las clases populares están cada vez más alejados de una política que no los representa, o persiguen banderas falsas, mordiendo el anzuelo del nuevo fascismo. En Venezuela, sin embargo, a raíz de Cuba con la que organizaciones juveniles firman convenios y organizan capacitaciones conjuntas, se intenta construir un fuerte antídoto, a través de la transmisión de la memoria, la formación y la movilización.

Alegre y comprometida, la Jpsuv muestra su “crecimiento exponencial” al acompañar las grandes manifestaciones de apoyo a las políticas del gobierno de Maduro, para repeler los ataques y amenazas de una extrema derecha con un doble discurso, que pretende utilizar las instituciones (y luego pisotearlas), y mientras tanto organiza intentos desestabilizadores, dictados por los intereses del gran capital.

Por ello, cobra gran importancia el papel internacional de la “generación de oro” (así Maduro define las nuevas palancas de la revolución), que acompaña la construcción de las diversas cumbres con propuestas y movilizaciones, y con una renovada actitud anti: en primer lugar, rechazando y condenando las criminales medidas coercitivas unilaterales que pretendían aplastar las energías juveniles, pero que no tuvieron éxito.

El 12 de agosto, en el Día de la Juventud, Grecia Colmenares declaró: “Estamos aquí para decirle al mundo que en Venezuela no nos rendimos, que somos un pueblo valiente, que ésta es una juventud que estudia, que trabaja y que, sobre todo, sueña».

 

 

GERALDINA COLOTTI

PSUV.


 

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