Según Amnistía Internacional, desde el año 2007 se decidió celebrar todos los 20 de febrero el Día Mundial de la Justicia Social con una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que reconoció que «la atención del desarrollo social y justicia social, son indispensables para el logro y mantenimiento de la paz y seguridad. Sin embargo, nada de esto puede ser atendido sin paz, seguridad y respeto para todos los derechos humanos y libertades fundamentales».
Pero, ¿realmente este concepto engloba todo el significado de la Justicia Social?, si partimos de que no hay justicia social ni libertad si no cambia la hegemonía burguesa ni el Estado capitalista, ¿cómo se puede garantizar que exista dentro de nuestras sociedades actuales? Si las mismas están marcadas por el orden que imponen los imperios y que obligan, sancionan, cercan y condicionan la paz y la felicidad de los pueblos soberanos.
Para mayo del año 2000, el Comandante y Líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez dijo: «Ahora es cuando vamos a comenzar a lograr la justicia social que tanto anhelamos los venezolanos y que tanto necesitamos en esta tierra bolivariana».
El socialismo tiene como objetivo fundamental la justicia social, decía el gigante de Sabaneta, ya que no hay otro camino. Se convirtió en una obligación y meta, construir un nuevo país, asumiendo, interpretando y entendiendo el momento por el que se transitaba, lleno de cambios y retos. Retos que internalizó en todos los corazones y almas que pudo alcanzar mientras caminó por este suelo.
Todas las transformaciones que sufrieron las estructuras del Gobierno y el Estado en Venezuela, devengaron un nuevo concepto, o una añadidura al del original. Ese mismo Estado procura el bien común a todos los que habitan en un determinado territorio, mediante la promulgación de leyes justas y sabias, que mediante Constituyente y diversas consultas al pueblo, fueron creadas cuando se necesitaron y además se apoyó en la constitución de un poder público capaz de darlas a conocer y de hacerlas cumplir, empoderarlas al colectivo. Cada venezolano sabía cuáles eran sus deberes, derechos y responsabilidades como ciudadanos y las hacía respetar ante las injusticias que aparecían.
Empoderarse para el futuro
Más allá de ocuparse y atender las carencias que heredaron de 40 años de corrupción y de invisibilización del pueblo, en revolución, se alcanzaron los niveles más altos de inserción social, aumentó la matrícula escolar, proliferaron la construcción de viviendas, se establecieron convenios con países estratégicos, se adelantaron construcciones emblemáticas para acabar con la desidia en el área de salud y muchas más.
Chávez se las ingenió para solapar los puntos más álgidos, quería que fuese el pueblo mismo quien salvara al pueblo y comenzó a detallar cada espacio sin atender y llenarlo con las Misiones y Grandes Misiones. Así nacieron Barrio Adentro de la mano de nuestros hermanos cubanos, Robinson, Ribas, Sucre, Nevado, Piar, Negra Hipólita, José Gregorio Hernández, fueron algunos nombres que vinieron a salvar a todos los sectores que por años estuvieron olvidados. Misión Sonrisa, Jóvenes de la Patria, Niño Jesús, Negro Primero, AgroVenezuela, La Gran Misión Vivienda Venezuela, Saber y Trabajo, en Amor Mayor y tantas más, solucionaron la desidia de cada sector.
Sin duda la justicia social llegó para quedarse, como legado de Chávez y defendido por Nicolás Maduro, sin embargo, es tarea de todos y todas hacerla respetar y mantenerla como bandera que ondea en el continente, para que Venezuela sea ejemplo en el mundo entero.
«Hoy más que nunca el pueblo venezolano confía en la Revolución Bolivariana y confía en una nación soberana e independiente. Y es que no podíamos esperar menos de un pueblo que lleva por dentro la sangre mestiza de la América india, de libertadores y libertadoras».
