El tribunal de Avignon condenó a Dominique Pelicot con la pena máxima de 20 años de cárcel, tal y como lo había pedido la Fiscalía, por los cargos de violación a su esposa Gisèle. Este caso conmocionó al mundo entero y se mantiene en las primera planas por lo mediático que ha sido. La víctima declaró que respeta la sentencia contra su marido.
«La vergüenza tiene que cambiar de bando y este es un primer paso», esta frase de Gisèle representa la valentía y el derrumbe de los miedos de las millones de mujeres que son víctimas de violaciones y que callan por años.
De hecho, a petición de la propia Gisèle, el juicio se hizo público: «Quizás una mañana una mujer que se despierte sin memoria piense en mi testimonio… Quiero que las mujeres digan: ‘Si Madame Pelicot lo hizo, yo también puedo hacerlo'».
Dominique Pelicot lo declararon culpable de violar repetidamente, drogar regularmente para dejar inconsciente y permitir que decenas de desconocidos abusaran de su esposa Gisèle en su propia casa entre 2011 y 2020. Además, de documentar en video y fotos todos estos encuentros. En estas terribles y deplorables acciones participaron un total de 51 acusados, 49 de ellos ya recibieron condena por violación agravada también.
El proceso, y lo que sufrió Gisèle Pelicot, se viralizó, ganando una importante atención mediática y también impactando socialmente de manera increíble. La valiente Gisèle asegura que decidió demandar a su entonces marido para «cambiar la sociedad», para representar simbólicamente a todas las mujeres víctimas de violación y ayudarlas a sentirse menos solas.
«Respeto» la sentencia, dijo Gisèle, pese a que sus tres hijos expresaron su decepción por las penas. La mujer se convirtió en un icono feminista. «Ahora confío en nuestra capacidad para alcanzar colectivamente un futuro en el que todos, mujeres y hombres, puedan vivir en armonía, con respeto y comprensión mutuos», agregó.
