Por: Carola Chávez
Cuando la mentira fue evidente y se apoderó de los medios, cuando los periódicos se convirtieron en catálogos de embustes y omisiones, cuando los periodistas fueron degradados a sicarios, cuando la manipulación enterró a la información, buscaron un eufemismo, a modo de disimulo, para preservar la mentira y la llamaron “línea editorial”.
Y como una mentira necesita un millón de mentiras más para sostenerse, y como mintieron tanto y tan seguido que ya no había cómo maquillar aquel montón de embustes, que en nada coincide con la realidad; optaron mentir un poco más y llamaron a la mentira “post verdad”, es decir, una mentira que se llama verdad. Y cuando la post verdad desbordó los límites del absoluto ridículo, no les quedó más remedio que rebautizarla con el nombre de “fake news”, y para que no se les notara, sus propios inventores, los embusteros, señalaron fake news en todos lados menos en sus propios y mentirosos ombligos.
Su público en lugar de indignarse con tanto engaño, les agradeció. Ya están amaestrados. Un asomo de verdad que contradiga la mentira tan fervorosamente creída es motivo de duda, miedo e indignación. Ya el trabajo de la mentira esta hecho, el público quiere que le mientan. Es la era del embuste.
¿Qué quieren que les cuente esta semana? Se pregunta el infomercenario. ¡Que los hijos de Diosdado Cabello huyeron a China! Esa es linda porque el público pensaría que ya Maduro va a caer. ¡Listo! Un tuit y un orquesta de medios nacionales e internacionales comienzan la sinfonía del embuste. ¿Que aparecen los chamos de Diosdado en Caracas? No importa, porque la gente que los imagina en China, allá quiere que estén. Peor aún, que hubo un megasabotaje eléctrico, qué va, eso fue ineficiencia pura.
Arrastrando 20 años de embustes, con sus bombillos cubanos que espían, con los niños que se iban a llevar a Cuba, con la casa que te iban a quitar, con su Leopoldo López muerto, resucitado y papeado, con su Maduro cucuteño, ilegítimo y ahora usurpador, te dicen que ya está, que Guaidóg es presidente, que tic, tac, tic, tac, que es cuestión de 48 a 72 horas, después del crimen eléctrico nacional, que el que entendió, entendió y tú creyendo que entendías, y Maduro sigue ahí con o sin luz.
Como junkies del embuste con síndrome de abstinencia, recurren a sus jíbaros infomercenarios que, tuitean dosis de mentiras que alivian la insoportable depre que les produce la verdad. #VamosBien ¡tuit!
Carola Chávez