Juan Orlando Hernández, narcocapo y nuevo amigo de Guaidó

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Al opositor Juan Guaidó últimamente le ha dado por ufanarse de conversaciones virtuales con mandatarios de la región, curiosamente  todos con gestiones y trayectorias muy cuestionadas, bien sea por corrupción,  vínculos con el narcotráfico, pérdida de popularidad y/o mal manejo de la crisis sanitaria que ha generado el covid-19. Claro está, todos de derechas. Primero fue con los presidentes de Ecuador y Perú, Lenin Moreno. Y Martín Vizcarra, respectivamente. Y este jueves sostuvo una reunión con ilegítimo presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández a través de una videollamada en la que conversaron temas relacionados con la lucha contra el narcotráfico, la protección y «ayuda» a los migrantes, según informo el mismo Guaidó a través de su cuenta en Twitter.

Antecedentes

A continuación, hagamos un breve repaso de lo que ha sido los dos gobiernos ilegítimos de Juan Orlando Hernández marcados por la corrupción, el asesinato de campesinos, su relación con el narcotráfico y la privatización del país:

  • 28 de junio de 2009, golpe de Estado contra el expresidente José Manuel Zelaya, secuestrado por un grupo de militares y trasladado a una base estadounidense en el estado de Palmerola, ciudad fronteriza con su capital Tegucigalpa, y deportado a Costa Rica.
  • En 2013, con Zelaya nuevamente en Honduras pero inhabilitado para participar en elecciones presidenciales, su esposa Xiomara Castro fue la nueva candidata presidencial por el partido Libertad y Refundación (Libre).  Cómo era previsible, fue una elección amañada por los Magistrados del Tribunal Supremo Electoral quienes al momento del recuento de votos estaban reunidos con la entonces embajadora de Estados Unidos en Honduras, Lisa Kubiske, encargada de avalar más de 5 mil actas sin la obligatoria observación.
  • En 2017, el Partido Anticorrupción (PAC) y el partido Libre inician una coalición para enfrentar la reelección de Juan Orlando Hernández, un informe publicado por la Organización de Estados Americanos (OEA) ese mismo año demuestra el fraude fraguado para posicionar a Juan Orlando Hernández en el poder: “intrusiones humanas deliberadas en el sistema informático, eliminación intencional de rastros digitales, imposibilidad de conocer el número de veces en que el sistema fue vulnerado, valijas de votos abiertas y sin actas, improbabilidad estadística extrema respecto a los niveles de participación dentro del mismo departamento, papeletas de voto en estado de reciente impresión e irregularidades adicionales, sumadas a la estrecha diferencia de votos entre los candidatos más votados, hacen imposible determinar con la necesaria certeza al ganador”.

Violencia y neoliberalismo

La imposición de un modelo neoliberal a través de la violencia, ha sido oportuno para servir como país clave para Estados Unidos en Centroamérica. Un ejemplo del uso de la violencia desmedida ha sido el caso de la indígena, Berta Cáceres, asesinada en su hogar el 30 de noviembre de 2018, por sicarios. Esta defensora indígena se opuso a que la transnacional Desarrollos Energéticos S.A. (DESA) construyera una represa en territorio indígena lenca, con todas las consecuencias medioambientales y económicas que ello generaría.

Los autores del crimen material declararon ante la justicia sus vinculaciones con la oligarquía hondureña. Funcionarios del gobierno de Juan Orlando Hernández, hasta ahora los autores intelectuales del asesinato, no han sido presentados ante la ley.

La represión “legal”, es el termino que utilizan los campesinos, indígenas y movimientos sociales para describir la creación de una policía militar asesorada por el MOSAD, trabajadores del desintegrado DAS y la CIA.

Bajo el argumento de la «lucha contra el narcotráfico», tienen carta abierta para reprimir, encarcelar y judicializar a los campesinos e indígenas. Cualquiera que se niegue a entregar sus tierras para el beneficio de empresas hidroeléctricas, consorcios dedicados a la extracción, agroindustria, tala masiva y grupos del narcotráfico. Estos grupos están relacionados con el hermano del presidente Tony Hernández, lo que explica en parte, la migración masiva de hondureños hacia Estados Unidos y México.

En la última década al menos 8 mil campesinos han sido desalojados de sus tierras y el asesinato de campesinos de grupos paramilitares y del narcotráfico se ha vuelto una normalidad en el país centroamericano.

Relaciones con el narcotráfico

Juan Antonio Hernández, conocido en el mundo criminal como “Tony Hernández”, es el hermano del presidente hondureño que enfrenta en Estados Unidos un juicio por tráfico de drogas hacia ese país.

El próximo 5 de junio Tony Hernández será juzgado en la corte federal del Distrito sur de la ciudad de New York y la condena podría ser de cadena perpetua por el delito de narcotráfico a gran escala.

La inteligencia estadounidense aseveró que Juan Antonio Hernández participó en el envío de grandes cantidades de cocaína provenientes de Colombia y México hacia Estados Unidos.

En esas conexiones y sus rutas de droga, también salió a la luz pública los nexos de la familia Hernández con Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien además admitió a la fiscalía de Nueva York su financiamiento a la campaña política de Juan Antonio Hernández.

 


 

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