El vicepresidente sectorial para comunicación, turismo y cultura de Venezuela, Jorge Rodríguez, ofreció detalles adicionales a los aportados este lunes 4 de mayo por el presidente Nicolás Maduro, sobre la incursión de mercenarios en suelo patrio, frustrada en una operación cívico-militar-policial llamada Negro Primero, aplastamiento del enemigo.
Militares desertores venezolanos se entrenaban en técnicas de combate en tres campamentos instalados en Colombia, cuyos jefes eran los estadounidenses Luke, Jordan y Denman. La noche del viernes primero de mayo salieron dos lanchas desde la finca de doble rueda, narcotraficante colombiano. Una lancha rápida de vanguardia, que despejaría el terreno, comandanda por el capitán Robert Colina Ibarra, alias Pantera, con 12 personas a bordo, y con destino a Macuto, en el estado costero La Guaira.
La intención era desembarcar, distribuirse y atacar DGCIM, Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y Palacio de Miraflores y emprender ataques selectivos contra el presidente Nicolás Maduro; el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello; la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez; el vicepresidente sectorial de economía, Tareck El Aissami; así como personalidades del mundo empresarial venezolano. De estos terroristas seis fueron abatidos, 4 capturados y uno está desaparecido.
La lancha más grande, que llevaba a 42 tripulantes (entre ellos Antonio José Sequea, Josnars Adolfo Baduel Oyoque, y dos entrenadores estadounidenses), sufrió un desperfecto en uno de sus motores y se retrasó más de lo planificado. Sequea, el jefe de la tripulación, se enteró vía Twitter que el contingente de la primera embarcación había fracasado, por lo cual este segundo grupo de terroristas fue desembarcando en varias zonas de las costas venezolanas. 13 de ellos ya fueron capturados por la persecución en caliente este mismo lunes (primero 8 en Chuao, Aragua, y más tarde 5 en Puerto Cruz, La Guaira).
El plan inicial era que este segundo grupo, al llegar, se repusiera del largo viaje por mar en un galpón en La Guaira y, luego bajo el amparo de Alberto Socorro Hernández, alias Pepero, subieran a vehículos acondicionados para la guerra y pudieran seguir adelante con la operación que llamaron Gedeón.
Se conoció además que Antonio José Sequea y Robert Colina Ibarra se enfrentaron en medio de la operación, porque éste último era persona de confianza del desertor Cliver Alcalá Cordones, quien había quedado fuera de la incursión porque «recibió un golpe dentro del golpe de Estado que estaba planificando, tras un acuerdo entre Iván Simonovis y el presidente Donald Trump», detalló el vicepresidente Rodríguez.
A su vez, calificó de «ruindad, de condición miserable, que gobiernos como los de Colombia y Estados Unidos aprovechen la circunstancia que tiene a toda la humanidad amenazada (covid-19), como oportunidad para sembrar más zozobra, violencia y generar un baño de sangre en Venezuela».
Advirtió que Venezuela «no se mete con nadie ni envía mercenarios a ningún país pero si nos agreden este será su destino», en alusión a la forma en que fuerzas civiles, militares y policiales han logrado neutralizar a los terroristas de la operación Gedeón, que responde a un guión elaborado con componente de fundamentalismo religioso y con ingrediente de rambo hollywoodense», que demuestra cómo el Gobierno de Iván Duque usa territorio colombiano para preparar grupos de ataque a la institucionalidad democrática de Venezuela, cómo el narcotráfico, a través de la DEA, y de un conocido narco de La Guajira colombiana, financia este tipo de operaciones, y cómo la oposición nacional tiene vínculos con estos sectores irregulares de los que ya no se puede sustraer.
(Noticia en construcción)