El pueblo venezolano conmemora 101 años de la siembra del nuevo beato y primer laico reconocido por El Vaticano, luego de la decisión del Papa Francisco de admitir el milagro de la niña Yaxury Solórzano, pero desde el primer día de su partida muchas personas le adjudican favores y milagros al Doctor José Gregorio Hernández.
Exactamente una tarde del 29 de junio de 1919 un vehículo arrolló a quien desde ese día se convirtió en el Santo del Pueblo, porque era tanta la admiración, cariño y respeto que profesaba la población capitalina para la época que protagonizaron el entierro más largo y multitudinario de la historia, llevando en hombros el féretro de Hernández.
Homenaje con distanciamiento
En el santuario de José Gregorio Hernández se realizó una misa para rendir tributo al beato pero cuidando los protocolos de bioseguridad y evitando aglomeraciones. Decenas de personas se acercaron hasta la población de Istonú, en el estado Trujillo para agradecer a su santo y seguir renovando la fe y esperanza.
Desde el pasado 16 de marzo se decretó la cuarentena en todo el país y no están abiertos los centros religiosos para evitar concentraciones. Sin embargo desde el pasado 19 de junio, muchas personas han asistido a la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria y el santuario en Isnotú para celebrar la beatificación del “Médico de los Pobres”.
“Goyito”, como también es conocido, sin dudas es el ícono más importante de la fe del pueblo venezolano, es el mayor representante de la enorme creencia cristiana y una expresión de unión del soberano pese a las diferencias, pues en cada hogar hay al menos un devoto que reconoce en José Gregorio Hernández el responsable de un milagro y/o un favor recibido.