Tras el ataque perpetrado por parte de Estados Unidos a una embarcación que presuntamente transportaba droga y que navegaba frente a las costas de Venezuela, donde fallecieron seis personas, autoridades policiales de Trinidad y Tobago informaron a AFP que investigan la posible muerte de dos ciudadanos trinitenses a bordo.
Este incidente, que marca un nuevo punto de tensión en la región, ha generado una profunda preocupación entre la población local y plantea serios interrogantes sobre las acciones militares de Washington en el Caribe.
Además, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el martes la ejecución de este nuevo ataque. Washington desplegó sus buques militares cerca de las costas venezolanas en el mes de agosto con la excusa de combatir el narcotráfico, y desde entonces, incrementó notablemente su presencia y operaciones.
De acuerdo con el contacto telefónico de la policía trinitense con AFP, la investigación inició cuando residentes de la aldea de pescadores Las Cuevas, ubicada al norte de Trinidad, denunciaron ante las autoridades la presunta presencia de estos dos pescadores a bordo de la embarcación atacada. No obstante, los agentes no han confirmado o desmentido la información de forma oficial. Por consiguiente, la incertidumbre prevalece.
Mientras tanto, familiares y residentes exigen respuestas inmediatas a las autoridades. Ellos aseguran categóricamente que uno de los fallecidos, de nombre Chad Joseph, no era un traficante. Por el contrario, lo describen como un joven que intentaba volver a casa tras haber estado en el pueblo de pescadores. En consecuencia, la versión oficial que vincula a todas las víctimas con el narcotráfico se debilita ante estos testimonios.
Cornell Clement, abuelo de Joseph, ahora cuestiona enérgicamente el método de la Administración de Trump para lidiar con la situación en el Caribe. Así pues, el dolor y la indignación se sienten en la comunidad de Las Cuevas.
Llamadas y mensajes fueron hechos a las autoridades gubernamentales de Trinidad y Tobago. A pesar de la urgencia del caso, los familiares y la prensa no han obtenido respuestas concretas hasta el momento. De igual manera, la Cancillería trinitense mantiene un silencio que acrecienta las dudas.
Este es el quinto ataque perpetrado por EE.UU desde que envió sus tropas militares a las aguas del mar Caribe. El primero se lo adjudicaron el 2 de septiembre y, en él, habrían asesinado a 11 personas. Claramente, la escalada de violencia preocupa a la comunidad internacional.
Finalmente, esta semana, el integrante de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Jim Himes, aseveró que los recientes ataques militares ejecutados por Washington frente a las costas de Venezuela, en los que han asesinado a más de una veintena de personas, constituyen una situación «preocupante». Himes catalogó los hechos como «asesinatos ilegales».
«Son asesinatos ilegales porque la idea de que Estados Unidos —y esto es lo que la administración dice que es su justificación— esté involucrado en un conflicto armado con cualquier narcotraficante, narcotraficante venezolano, es absurda. No se sostendría ante ningún tribunal», enfatizó. Las autoridades trinitenses continúan las investigaciones sobre los ciudadanos presuntamente fallecidos en el ataque.