La inflación en Estados Unidos (EE.UU.) se disparó en octubre y alcanzó el registro más alto de los precios de consumo en el país desde 1990, tras ubicarse en un 6,2%.
El Departamento de Trabajo de EE.UU. publicó las cifras del Índice de Precios al Consumo (IPC) que para octubre se ubicó en 6,2%, mientras que los bancos de inversión pronosticaban que se registraría en 5,8%.
El IPC corresponde a una canasta de productos que va, desde la gasolina hasta los alquileres; por lo que representa cifras preocupantes e incluso especialistas alertan que tendrá posibles consecuencias sociales.
Si se comparan los datos registrados en septiembre, que se ubicó en 5,4%, quiere decir que los precios se incrementaron un 0,9%, cifra bastante superior a la estimada por los expertos que esperaban que se ubicara en 0,6%.
Por su parte, el IPC subyacente, no incluye servicios de energía ni alimentos, también se elevó a 4,6%, marcando un récord desde 1991.
Para octubre los precios aumentaron un 0,9%, tres décimas por encima de lo que estimaban los especialistas (0,6%).
El costo de la energía se elevó en octubre un 4,8, mientras que los alimentos un 0,9%, según los datos revelados en el informe del Gobierno.
Con estas cifras, es el quinto mes consecutivo en que la inflación de EE.UU. se sitúa por encima del 5%, recordemos que en agosto se activaron las alarmas cuando registró números más altos que cuando la crisis de 2008.
El panorama social en EE.UU. actualmente está marcado por una gran demanda de los consumidores y problemas con los problemas con las cadenas de suministros globales que se vieron afectados por la crisis provocada por la pandemia del coronavirus.
A lo que también se suma, que el Banco Central estadounidense anunció que desde este mes reducirá gradualmente el multimillonario programa de compra de bonos para apoyar la economía, que se vio golpeada por la covid-19.