Ideas sobre una Feria Digital del Libro

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Por: Miguel Antonio Guevara

Ya se ha declarado la cuarentena por más de un mes. Según las proyecciones y estimaciones de la OMS y otras fuentes importantes, parece que estaremos el resto del año bajo la estricta política de distanciamiento social.

Hay quienes creen que pueda extenderse incluso hasta dos años y hay unos más abstractos que dicen no saber exactamente cuándo puede terminar el aislamiento para evitar la expansión del virus.

En lo que sí podría decirse que coinciden, es que puede que sea muy pronto que volvamos a la vida “normal” así como puede ser que no tengamos la menor idea.

Pero más allá del situacional, problematizamos al respecto por los temas que nos conciernen y son precisamente aquellos que están relacionados con la educación, la producción de conocimiento, la promoción y animación sociocultural.

Apenas hoy, a unos días después de la celebración del Día Internacional del Libro y del Idioma, caigo en cuenta que muy probablemente las ferias del libro y los encuentros culturales más importantes de algunos países sean del todo pospuestos o realizados a través de los medios digitales a nuestra disposición.

Ya muchas individualidades, colectivos, instituciones y muchos sectores de las industrias culturales y estéticas han arrancado, apenas comenzada la cuarentena global, a soltar, postear, distribuir material gratuito, ya sea videos, cursos, conferencias, talleres y lo que aquí nos concierne: libros.

Libros van y vienen, colecciones ansiadas por algunos han sido liberadas, otras no tanto, pero hay cierto aire de libertad de contenidos.

Las estadísticas no están mintiendo y parece que la gente se ha plegado, al menos los que tienen acceso a Internet, a consumir bienes culturales.

Las discusiones éticas y morales las dejaremos para otra discusión, aquí trataremos más bien de problematizar en torno a, ¿cómo sería una Feria del digital del libro?, ¿más o menos de qué se trataría eso?

¿Podremos resolver con transmisiones vía ZOOM con los autores y posteamos sus libros para descarga?, ¿o acaso podemos hacer algo más allá de eso?

Parece que los límites están muy claros, al menos para todos, es decir, el límite del encuentro, sin embargo, también hay ciertos límites de tipo tecnológico, no solo por la situación país, en el caso de Venezuela, sino también por el asunto tecnológico.

Hace poco por motivación de una estudiante abrí un taller de creación literaria vía WhatsApp y alguien me comentó en redes sociales cuando hice el anuncio: me quedé sin WhatsApp mi teléfono murió.

Bueno, aunque ya dijimos que ese puede ser un problema para otra discusión, aquí trataremos de esbozar más bien algunas posibilidades para resolver cómo podríamos organizar un evento de gran magnitud utilizando las herramientas a nuestra disposición, es decir, computadoras, teléfonos y una señal no del todo satisfactoria de Internet y las olvidadas señales de radio.

Hagamos una suerte de caracterización tecnológica, ¿con qué contamos?

  1. Medios de comunicación tradicionales (programas de radio dedicados a la cultura y otros programas que cedan espacios para la actividad en cuestión, TV; programas dedicados a la cultura y espacios cedidos para tal oportunidad e incluso franjas horarias dedicadas a las transmisiones de entrevistas, presentaciones, discusiones, etc).
  2. Mensajes de texto (mensajería masiva invitando a las actividades transmitidas, publicaciones, etc).
  3. Perifoneo (además del insistente y coercitivo llamando a cumplir la cuarentena, a revisar en los medios al alcance los contenidos y demás asuntos del evento.
  4. Llamadas telefónicas.
  5. Internet (y aquí se desprenden varias cosas): servicios de mensajería (grupos de WhatsApp, canales de Telegram), correo electrónico (vía boletines y notas de prensa), páginas web, blogs, redes sociales (FB, IG, TW, las más usadas), podcasts, Youtube (para presentaciones de libros, talleres, conferencias, conversatorios y otras dinámicas).

Parece que eso es todo, por ahora, o al menos lo que se me ocurre en este momento. ¿Con qué otra cosa contamos?, con personas, muy, muy importante.

  1. Lector@s y otres amantes de los asuntos culturales y del consumo de bienes culturales (el principal sujeto de este asunto).
  2. Las personas pertenecientes al campo cultural: escritor@s, editor@s, corrector@s, profesor@s y demás especialistas.
  3. Comunicador@s, influencers, animadores socioculturales de toda índole.
  4. Individualidades, movimientos, organizaciones, colectivos y demás agrupaciones en torno a lo cultural (independientes, institucionales, privados, y otros).

Seguro hay más, sin embargo, repito, es lo que se me ocurre por ahora.

¿Qué hacer con todo esto?, es decir, ¿es necesario, por ejemplo, producir material para todo esto?, me pregunto, ¿acaso no hay suficiente material ya en la web?, es decir, ¿podríamos más bien enfocar nuestros esfuerzos en producir en una unidad todo esto, armar un programa con lo existente y promoverlo y producir solo algunas cosas puntuales, además de otros asuntos sobre la coyuntura, por ejemplo?

Esa puede ser una opción, por ejemplo, cuando se trata de libros que ya estén publicados pero que no hayan tenido la promoción suficiente. Por otro lado, los cientos de talleres y conferencias que ya están en línea, por ejemplo, todos son un recurso.

Si algo tiene en común el conocimiento es que no es perecedero. De modo que todo el material que tenemos está allí disponible para organizarlo en función de la nueva realidad.

Esto apenas es un apunte incompleto, como suelen ser los apuntes, como un papel de trabajo para que lo alimentemos entre todes.

¿Qué dicen?

Miguel Antonio Guevara.

Escritor y sociólogo.

@_hipertextual


 

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