Este 3 de noviembre los estadounidenses no sólo votaron para elegir al presidente, sino que también lo hicieron para escoger los representantes en otras instancias, como el congreso, 10 gobernaciones y los parlamentos locales. En esta última instancia se dio un resultado que sencillamente es histórico en el ámbito de la política estadounidense: se trata de la elección de la primera funcionaria transgénero.
La representante se llama Sara McBride, y fue electa como senadora del congreso del estado de Delaware, siendo de esta forma la persona transgénero de los EE.UU. con el rango más alto en ese país.
McBride se ha destacado por su activismo en la causa de la igualdad LGBT y los derechos humanos. Pero además de estos temas también se ha esmerado en apoyar temas esenciales como acceso a la atención médica, la licencia familiar y médica universal remunerable, la educación preescolar universal, así como también apoya peticiones para la reforma de la justicia penal.
Un logro nada fácil
Este triunfo electoral si bien es un hito histórico, también ha sido el resultado de la tenacidad en contra de la intolerancia.
La nueva senadora en el estado de Delaware sufrió una trama de acoso en las redes, en el que incluso se sumaron sus contendores más conservadores.
La reacción de McBride en las redes fue la de dar una dimensión simbólica y potente a este resultado. “Lo hemos logrado. Hemos ganado las elecciones generales”, y añadió que espera que es logro “muestre a los niños de la comunidad LGTBQ que nuestra democracia es lo suficientemente grande para ellos también”.
Martes de tensión
La elección de McBride es un suceso político que si bien es relevante, se ha visto minimizado por el interés natural que genera la elección presidencial.
La contienda entre Biden y Trump se ha convertido en una medición en la que ambos bandos se atribuyen la salvación nacional.
Hasta el momento de la publicación de esta nota, el abanderado demócrata se encuentra adelante en la cuenta de los votos del colegio electoral con 238 delegados por los 213 que tendría Trump, y se necesitan 270 para ganar.
En el ámbito del voto popular, que no siempre basta para llegar a la presidencia, Biden va adelante con el 50.12%, seguido por el 48.26% del republicano.