En América Latina, la pandemia del nuevo coronavirus ha afectado considerablemente a dos países, Brasil y Ecuador. Este registra 7 mil 858 contagios y 388 fallecidos por la enfermedad (al corte del 15 de abril). Específicamente, la ciudad portuaria de Guayaquil concentra más del 70% de los casos, con 4 mil 184 contagios, después de 30 días del decreto de cuarentena.
De manera muy particular la ciudad de Guayaquil está siendo severamente afectada por el brote. Hospitales y cementerios colapsaron, y son visibles cadáveres en las calles que tardan en ser recuperados.
La situación crítica fue descrita por la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, quien aseguró que en la ciudad «no había y no hay espacio ni para vivos ni para muertos» y comparó el impacto de la pandemia con la explosión de una bomba. «Cuando estalla una bomba en un lugar, es allí donde queda el cráter. Los demás reciben solamente las ondas expansivas de las mismas, pero el cráter quedó en Guayaquil», aseveró.
Las cifras de muertos en esta ciudad «no son reales» porque «no hay pruebas para determinar cuántas personas están contagiadas en la ciudad y en el país», por lo que «mueren los pacientes sin haberse hecho jamás una prueba, y no hay espacio, ni tiempo ni recursos para poder hacer exámenes posteriores y saber si murió o no de coronavirus», agregó Vitera.
Es por esto que la gestión del presidente Lenín Moreno ha sido duramente cuestionada:
Hasta el próximo 19 de abril, en principio, se mantendrán las medidas restrictivas sobre el tráfico de vehículos, la actividad comercial y laboral y, en algunos territorios como Quito, la suspensión del uso del espacio público.
