El opositor Juan Guaidó y su «Asamblea Nacional» (vencida y, por ende, ilegítima) aprobaron retirar más de 150 millones de dólares del dinero de Venezuela bloqueado en Estados Unidos.
De acuerdo con la agencia Bloomberg, se trataría del tercer retiro de lo que una fracción de la oposición llama «gobierno interino», desde una cuenta que tenía 342 millones de dólares.
Según las buenas intenciones del «gobierno de oposición», parte de este dinero, 100 millones, sería destinado a la compra de vacunas contra la covid-19.
La nota no revela cuál sería el antídoto que supuestamente pretenden adquirir ni a qué sectores de la población iría destinado. No obstante, si se toman en consideración sus airadas defensas a la vacuna que produce AstraZeneca, todo apunta que muy probablemente esta sea “la ayuda” del opositor.
A juzgar por la multitud de promesas incumplidas de Guaidó, seguramente estamos ante otro nuevo episodio de saqueo en partes de las reservas legítimas de Venezuela en el exterior.
El resto del dinero, unos 52 millones de dólares, serían conducidos para el pago de salarios, honorarios legales y gastos, lo que revela que el esfuerzo de sostener un gobierno de mentira necesita pagarse con dinero de verdad.
La operación de retiro de los más de 150 millones de dólares sería con aprobación de la OFAC en Estados Unidos.
La supuesta intención de ayudar a Venezuela con la pandemia choca con la realidad de los hechos dejados por la oposición. Recientemente se conoció que en medio de una operación de «ajustes y recortes» del gobierno interino, Guaidó resolvió sacrificar supuestos planes sociales para sostener la burocracia de su ficción política.
La noticia de comprar vacunas parecería la reacción al pago completo que hizo el Gobierno del presidente Nicolás Maduro al mecanismo COVAX para acceder a las vacunas que garantiza este fondo. El mandatario venezolano remarcó que la transferencia se hizo luego de un operativo de inteligencia financiera con técnicos del BCV.
Esto y la llegada progresiva de otras vacunas adquiridas gracias a las alianzas internacionales estratégicas, permitiría proseguir con el único proceso de vacunación que está en marcha en Venezuela: el diseñado por el Ejecutivo bolivariano.
