Este martes, el gobierno de coalición del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos de España y sus aliados nacionalistas e independentistas rechazaron ratificar la »legitimidad» del autoproclamado Juan Guaidó como supuesto «presidente encargado de Venezuela» y que promulgaran hace un año.
Tal y como lo refleja el diario El Mundo de España, un total de 190 diputados tumbó la moción presentada por la ultraderecha española del Partido Popular (PP) y apoyada por Ciudadanos, del franquista Vox y Coalición Canaria, que instaba al Ejecutivo a confirmar la decisión que tomó Pedro Sánchez hace un año cuando vociferó ante los países miembros de la Unión Europea (UE) el reconocimiento de Guaidó, en negación de la legitimidad del presidente constitucional de Venezuela Nicolás Maduro.
Así lo tituló El País de España en el 2019:
Mientras que, indagando entre la prensa española, en esta oportunidad, solo El Mundo describió la noticia:
La bancada de los gobernantes (PSOE) y Unidas Podemos sigue acusando a la derecha por instrumentalizar el tema de Venezuela, para desviar la atención pública de los asuntos importantes y “desgastar” al Gobierno.
?️ @Hectorgomezh al PP: Lo único que persiguen es desgastar al Gobierno liderado por Pedro Sánchez. No tienen otro propósito.
En esa moción no recogen ni una sola medida orientada a facilitar la realidad del país. #Pleno pic.twitter.com/0sCVd0d2YQ
— PSOE Congreso (@gpscongreso) February 18, 2020
Esta disputa se da luego que Sánchez se negara a encontrarse con Guaidó durante su visita a España, y que el ministro español de Transportes, José Luis Ábalos, se viera con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Barajas, cerca de Madrid. Sánchez defendió ante la bancada derechista a Ábalos afirmando que “él hizo su labor”. Los partidos de derecha se empecinan en la destitución del funcionario español.
Por su parte, los progresistas siguen insistiendo en que los conservadores solo pretenden debilitar el gobierno de coalición anclando su discurso en Venezuela, mientras evaden los debates sobre las problemáticas españolas y sus soluciones.
Ya el ejecutivo determinó su posición sobre Guaidó y, pese a las presiones de Estados Unidos y de la ultraderecha: no lo reconoce como supuesto presidente encargado de Venezuela, porque nunca lo fue.