La Cumbre del G20 ya tiene una declaración conjunta que deja ver los matices de una instancia profundamente heterogénea. En este sentido, el documento suscrito por los Líderes en Río de Janeiro propone acciones basadas en las 3 líneas priorizadas en la presidencia brasileña:
- La inclusión social y la lucha contra el hambre y la pobreza.
- Desarrollo sostenible, transiciones energéticas y acción por el clima
- La reforma de las instituciones de gobernanza mundial.
En el texto de 22 páginas y 85 acuerdos, se plasmaron tímidamente las temáticas en materia de energía, previamente discutidos en la COP28. También llama poderosamente la atención como se plantea una «profunda preocupación con la situación catastrófica en la Franja de Gaza y la escalada en el Líbano», sin condenar los crímenes cometidos por Israel.
Aunque Lula logró que los 82 países se adhirieran e incorporaran a la declaración su propuesta de una «Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza»; no hubo una posición concreta respecto a lo impuestos globales a los superricos, también planteada por el mandatario brasileño.
Por su parte, Javier Milei aprovechó la oportunidad para crear polémica sobre algunos temas como clima, género e impuestos, a los que decidió no adherirse, aunque esto no logró mayor relevancia ni impidió la publicación del documento final.
Con decisiones no vinculantes, culmina otro encuentro del G20 que no logra opacar el impacto económico y geopolítico de los BRICS.
Conclusión de Rio 2024: Nos mantenemos firmes en nuestro compromiso de luchar contra el hambre, la pobreza y la desigualdad, promover el desarrollo sostenible en sus aspectos económicos, sociales y ambientales y la reforma de la gobernanza mundial. Acogemos con beneplácito la ambición de Arabia Saudita de avance su turno para albergar la Presidencia del G20 en el próximo ciclo. Agradecemos a Brasil por su liderazgo este año y esperamos trabajar juntos en 2025 bajo el mandato de Sudáfrica, Presidencia y reunión de nuevo en Estados Unidos en 2026.