La justicia de Francia declaró a Marine Le Pen culpable de malversación de fondos públicos, la líder de la extrema derecha y ocho eurodiputados de su partido deberán enfrentar las consecuencias por desviar 2,9 millones de euros de dinero público. El Tribunal de París impuso a Le Pen una condena de cuatro años de prisión, de los cuales dos serán con arresto domiciliario mediante un brazalete electrónico, además de inhabilitarla para ejercer cargos políticos durante cinco años. La sentencia, que podría afectar sus aspiraciones presidenciales, entrará en vigor de inmediato, aunque la defensa aún puede recurrirla.
El juicio demostró que Le Pen y su partido, el Reagrupamiento Nacional (RN), utilizaron fondos europeos destinados a pagar asesores en Bruselas para otros fines. El tribunal consideró probado que el dinero sirvió para financiar actividades políticas en Francia, en lugar de cubrir los gastos legítimos en el Parlamento Europeo. Durante la lectura de la sentencia, Le Pen abandonó la sala visiblemente indignada, sin esperar a escuchar el fallo completo.
La presidenta del tribunal detalló las motivaciones de la condena, que incluyen pruebas contundentes sobre el desvío sistemático de recursos. La inhabilitación por cinco años podría truncar las ambiciones de Le Pen de competir en las elecciones presidenciales de 2027, un golpe severo para su carrera política. El RN, antes conocido como Frente Nacional, enfrenta así uno de los momentos más críticos de su historia.
Los otros ocho eurodiputados condenados también recibieron penas que van desde multas hasta prisión suspendida. El tribunal subrayó que todos participaron activamente en el esquema de malversación, aprovechando su posición para beneficiar al partido. La fiscalía había pedido penas más duras, pero el juez optó por ajustarse a lo que las pruebas demostraron de manera irrefutable.
La condena reactiva el debate sobre la transparencia en el uso de fondos públicos y la ética de los partidos políticos. Mientras los aliados de Le Pen denuncian una «persecución política», sus críticos celebran que la justicia actúe contra la impunidad. El caso podría tener repercusiones en el escenario europeo, donde la ultraderecha ha ganado influencia en los últimos años.
Le Pen, figura central de la derecha francesa durante más de una década, ahora enfrenta un futuro incierto. Aunque su partido mantiene una base electoral sólida, la sentencia podría debilitar su liderazgo y abrir divisiones internas. Mientras tanto, la justicia francesa envía un mensaje claro: malversar fondos públicos tendrá consecuencias.