por: Orlando Pérez.
Quisieron imponerse con base en mentiras y un linchamiento mediático solo parecido al ocurrido en Brasil y Ecuador. Igual se sirvieron de un gobierno al servicio de los grandes emporios financieros que han saqueado la economía de Argentina. Y hoy son la evidencia de la mayor derrota. Las PASO revelan una realidad ocultada por las encuestas y la prensa.
El castigo es de doble vía: no podrán seguir con el mismo libreto mediático y el ajuste tiene un límite en la paciencia del pueblo. Intentaron crear las condiciones para favorecer a un Mauricio Macri incapaz de entender el país que gobierna, pero los tarifazos, el desempleo, la devaluación y la deuda externa son garrotes supremos para quienes han expoliado a una de las economías con mayor perspectiva si se colocan como prioridad la producción nacional y la redistribución de la riqueza.
La prensa y el gobierno argentinos utilizaron la corrupción (así como en Ecuador lo hacen las actuales autoridades y los medios) para justificar el recorte fiscal, el cierre de las escuelas públicas y, por supuesto, favorecer a los grandes empresarios y a los banqueros. Saturaron de mentiras sobre supuestos cuadernos y correos donde supuestamente se revelaban los grandes atracos y el pueblo argentino entendió para qué sirvió todo ello.
Nadie duda que para los comicios de octubre utilizarán muchos de esos argumentos y argucias. Volverán a falsear la realidad, aniquilar la imagen de los candidatos triunfadores y también inyectar recursos financieros para bajar la cotización del dólar. De hecho, el cálculo del FMI era que para agosto y septiembre el dólar se estabilizaría y la imagen de Macri se recuperaría. Tras la diferencia electoral los mercados actuarán bajo su lógica: tratar de salvar sus negocios e inversiones en el menor tiempo posible. Y eso no será precisamente lo que anude una boya al cuello del gobierno.
¿Cómo se comportará la prensa a partir de esta semana? ¿Hasta dónde asimilará el castigo y recuperará algo de sensatez para informar lo que de verdad ocurre en su geografía cercana? ¿A quién atribuirá la derrota? ¿Sacará la carta de Venezuela para imponer el miedo y la contrapropaganda?
Así como en Ecuador y Brasil, ya sabemos cómo operarán los medios, el aparato judicial, cierta embajada y las redes sociales. Sin hacer la lectura adecuada buscarán desesperadamente salvar a Macri y a María Eugenia Vidal.
Que el progresismo no cante victoria antes de hora, que se prepare para la arremetida mediática, pero sobre todo que se procese el sentido real de este triunfo con gran eco en América Latina. Ya tenemos mucha experiencia de los errores del triunfalismo y por tanto hay que actuar con sabiduría para no engañarse por la acción mediática y mucho menos por la distancia que impone con los electores un triunfo holgado.
Obviamente hay algunas lecciones para el continente tras lo ocurrido el domingo 11 de agosto en Argentina. La principal: no someterse al miedo y a la dispersión. La unidad política propuesta y asumida con responsabilidad por Alberto Fernández y Cristina Fernández nos obliga a todos a impulsar procesos más ambiciosos sin perder el objetivo estratégico: recuperar el poder para servir al pueblo. Y en eso también cuenta la existencia de medios alternativos que hicieron un trabajo heroico en el ecosistema mediático.