La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, advirtió que las consecuencias del conflicto en Ucrania están contribuyendo a la degradación económica de 143 países. Además calificó la fuerte inflación como «un peligro claro y presente» para la economía mundial.
“Una crisis tras otra: Cómo puede responder el mundo”
Discurso de la Directora Gerente del FMI, @KGeorgieva, previo a las Reuniones de Primavera de 2022.Texto completo del discurso: https://t.co/vV41NQDwMc #IMFMeetings pic.twitter.com/zfzXiRWiqc
— FMI (@FMInoticias) April 14, 2022
«Las consecuencias económicas de la guerra se propagan rápido y lejos, a los países vecinos y más allá, golpeando con especial dureza a los segmentos más vulnerables de la población mundial. Cientos de millones de familias ya estaban luchando con un bajo nivel de ingresos y con el encarecimiento de la energía y los alimentos. La guerra ha agravado mucho su situación y amenaza con profundizar la desigualdad». Señala Georgieva.
El conflicto entre Rusia y Ucrania interrumpe el comercio mundial de energía y cereales. También amenaza con causar escasez de alimentos en África y Oriente, manifiesta la directora del FMI.
La inflación crónicamente alta, está obligando a los bancos centrales del mundo a aumentar las tasas de interés; y probablemente a desacelerar el crecimiento económico en el proceso, esto equivale a «un revés masivo para la recuperación global», tras la pandemia del Coronavirus, agregó Georgieva.
Antes del conflicto, Rusia y Ucrania suministraban el 28% de las exportaciones mundiales de trigo. Además, Rusia y Bielorrusia representaron el 40% de las exportaciones de fertilizante.
«Ahora, los precios de los granos y el maíz se están disparando y los líderes de África y Medio Oriente me dicen que los suministros se están agotando. La inseguridad alimentaria es una preocupación grave», añadió la portavoz del Fondo Monetario Internacional.
«El único remedio eficaz para estos riesgos es la cooperación internacional. En ella radica nuestra esperanza de un futuro más equitativo y más resiliente. Y esa es nuestra obligación. (…) En el mundo de hoy, más propenso a los shocks, los retos que enfrentamos son igualmente indivisibles. Nuestros esfuerzos por resolverlos también deben ser indivisibles». Concluye, Kristalina Georgieva.