Fidel Castro, abogado, político, analista, militar y revolucionario, fue sin duda un símbolo de dignidad. El gran líder y Comandante de la Revolución Cubana descolló en el pasado siglo XX, como un ejemplo de audacia y valentía. Porque, no sólo supo interpretar las necesidades de su pueblo, sino que tomó el testigo de hombres heroicos que le precedieron en la lucha por una América, unida, libre y soberana. Como fue el caso del héroe mártir cubano, José Martí, el Libertador venezolano, Simón Bolívar y el combatiente nicaragüense, Augusto César Sandino, entre muchos otros.
La epopeya protagonizada por el Comandante Fidel, junto a aquel puñado de aguerridos soñadores, representó junto con la guerra de Vietnam, uno de los golpes más duros, en el plano militar y simbólico, que sufrió el voraz sistema norteamericano en el pasado reciente.
Fidel insurgió contra la dictadura de Fulgencio Batista, un tirano apoyado por Washington, quien había hecho de Cuba el «burdel de las mafias empresariales norteamericanas«. Durante los años 50, La Habana estaba llena de casinos, prostitución y tráfico de drogas, al servicio de organizaciones criminales estadounidenses. Abundaban los policías corruptos y los políticos elegidos de manera fraudulenta.
Por los oprimidos del mundo
Con su revolución Castro encarnó la lucha de los pueblos oprimidos y abrió una rendija de esperanza para los países del denominado Tercer Mundo. El Comandante cortó de cuajo los desmanes de la era de Batista e inició un arduo proceso de trabajo, para echar las bases de un sistema socialista.
Así la Revolución Cubana masificó la educación de calidad, la salud gratuita y la inversión en deporte de alta competencia. Como dice la canción del célebre cantante, Carlos Puebla, «llegó el Comandante y mandó a parar«.
Hoy por hoy Cuba se destaca en el mundo por su solidaridad. Es de los pocos países que envía misiones médicas a otras naciones, para coadyuvar en la solución de problemas sanitarios. A pesar de un bloqueo criminal, impuesto por los norteamericanos, y que ha significado pérdidas mil millonarias, el sistema cubano sigue siendo reconocido por organismos internacionales, como un país modelo en materia de salud y educación.
Castro como militar fue un comandante aguerrido y sagaz estratega. Como político fue un orador vibrante, capaz de dar extensos discursos por horas, sin aburrir a la audiencia. Poseía una sólida formación en historia, geopolítica e ideología política. Y supo convertirse en una temida voz de denuncia frente a los desmanes del imperialismo.
Patrias hermanadas
El líder cubano trabó entrañable amistad con el Comandante Eterno venezolano, Hugo Chávez. Ambos compartían los mismos ideales y tenían un estilo discursivo similar. Aunque ninguno de los dos está físicamente, las revoluciones cubana y la venezolana permanecen hermanadas, luchando a brazo partido por una patria grande nuestroamericana.
Gracias a Cuba, Venezuela ha alcanzado éxitos resonantes con su sistema de protección social. Así, destacan las misiones y grandes misiones, cuyos programas más emblemáticos son: Robinson (mediante la cual se erradicó el analfabetismo) y Barrio Adentro (para brindar atención médica oportuna y gratuita), entre otros.
Hoy cuando se cumplen 4 años de la partida a otro plano del gran Fidel Castro, queda más claro que nunca que la historia sí lo absolvió. Pero además le deparó un sitial en el panteón latinoamericano y caribeño de héroes nuestroamericanos, como el Comandante de la dignidad.