La baja en los precios del petróleo y la caída de todas las bolsas de valores del mundo son apenas algunos de los indicadores del impacto del Coronavirus (COVID-19) en la ya debilitada economía global, pero los efectos en los sistemas económicos de cada país son, sin duda, uno de los principales dolores de cabeza de los gobiernos, cuya mitigación definirá su estabilidad y legitimidad.
La Venezuela azotada, hoy atraviesa un nuevo reto: convencer y ganarse la confianza de los sectores empresariales, que por años han servido a los intereses de la oposición derechista, para rescatar el aparato productivo que ha sido golpeado por el bloqueo y ahora lidia con una pandemia.
En consecuencia, este lunes el presidente Nicolás Maduro, adelantó que ya se encuentra instalada una comisión de trabajo con los ejecutivos de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (FEDECAMARAS), principal organización de gremios empresariales de Venezuela, acción que una vez más muestra la disposición de trabajo del gobierno, que desmonta cualquier discurso de ilegitimidad del mismo.
Dicha acción deja a la vista las fricciones internas de la oposición y las propias dudas sobre la figura y el liderazgo de Juan Guaidó, quien sin duda estaría perdiendo en FEDECAMARAS, un aliado estratégico de suma importancia.