La ciudad de Nueva York y gran parte de la costa este de Estados Unidos corren el riesgo de enfrentarse a la escasez de combustible el próximo verano boreal. Esto se debe a que el embargo contra el petróleo ruso impuesto por la Unión Europea (UE) amenaza con agotar las reservas de las que depende el país norteamericano, según medios locales.
Las reservas estacionales de gasolina ya se encuentran en su nivel más bajo desde 2013, además el mantenimiento intensivo de invierno en las refinerías puede recortar aún más los inventarios.
Adicionalmente, La prohibición de la Unión Europea a las importaciones de productos petroleros rusos a partir del 5 de febrero, ejercerá presión sobre los suministros de materias primas de la región.
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El alza de precios que se sumaría a tales interrupciones en el suministro, amenaza con afectar nuevamente a los consumidores; tal como ocurrió a mediados del año pasado, cuando el precio medio del combustible en las gasolineras de EE.UU. superó los 5 dólares por galón.
El precio promedio de la gasolina en la nación norteamericana ha aumentado alrededor de 40 centavos desde finales de diciembre. Finalmente, se posiciona en los 3,51 dólares por galón.
El cambio a la gasolina de verano, que es más cara que la de invierno, comenzará en marzo; probablemente, impulsando los precios a medida que más automovilistas salgan a las carreteras atraídos por el clima cálido.
Impacto geopolítico tras medida de la UE
Estados Unidos, el G7 y Australia, llegaron a un acuerdo de colocar un tope al precio del combustible ruso. El mismo, fijado en 60 dólares se aplicará «únicamente al petróleo transportado por vía marítima», ya que el que se transfiere mediante oleoductos quedó exento.
Desde una lógica común, nos podríamos preguntar, cuál es el sentido de imponer un tope al precio del combustible ruso, cuando los 27 países que conforman los organismos mencionados (a excepción de Hungría), decidieron no comprarlo.
¿Estará dispuesta la Unión Europea a no recibir más petróleo desde Moscú? Resulta que este tope de precio que Bruselas trata de fijar pareciera ir dirigido realmente, a otros compradores dentro de los mercados mundiales; en especial, países no hostiles con Rusia. Tales como China, India o Brasil.
¿Será que la UE quiere impedir que se compre petróleo ruso en Europa y limitar el precio que paguen otros compradores? Opine usted.